lunes, 25 de enero de 2010

Subvencionando aerolíneas.

Los periódicos asturianos han publicado que Air Europa pondrá tres vuelos diarios de Madrid a Asturias a partir del próximo mes de junio. No he visto la cifra en ningún sitio pero se entiende que el gobierno regional va a subvencionar estos viajes con un acuerdo publicitario con la aerolínea.  Esta noticia constituye un gran ejercicio para mis alumnos que, cuando vuelvan de sus exámenes de febrero, tendrán que estudiar qué pasa cuando en un mercado hay muchos operadores, unos pocos o sólo uno.
El acuerdo no es ni mucho menos insólito en el ámbito europeo pero es difícil de racionalizar con un modelo económico en la mano. Trato de explicarme.
Si Iberia es el único operador en  esta ruta puede comportarse como un monopolio.  En general subirá los precios hasta que subirlos una unidad más bajaría los viajeros tanto que reduciría los beneficios. Si entra una segunda aerolínea en la ruta los precios tienen que bajar. De otro modo, ¿cómo iban a convencer a nuevos viajeros para subir a los nuevos asientos disponibles?  Al bajar los precios disminuiría la suma de los beneficios de ambas líneas aéreas. No pueden ganar más entre las dos con precios más bajos porque sino esa estrategia de bajada de precios ya habría sido implementado por Iberia cuando estaba sola en el mercado.  Estos beneficios se distribuirán entre las dos dependiendo de sus respectivas cuotas de mercado pero podrían fácilmente llegar a ser menos de la mitad de los que tenía la aerolínea monopolista originalmente.  


Los beneficios de cada aerolínea cuando operan las dos pueden no ser suficientes para que entre una segunda aerolínea. Esa parece que es la situación en Asturias donde ninguna aerolínea parecía interesada en entrar en el mercado. De hecho, otra aerolínea había abandonado ese mercado hace unos meses.


En ese punto, entra el gobierno regional y pone  encima de la mesa el dinero que hace que la segunda línea aérea entre a operar en esa ruta. Ahora supongamos por un momento que las dos líneas aéreas son parecidas. Resulta que la Iberia (sin subvención) estaría ahora en la posición de la aerolínea que no consideraba suficiente el beneficio para entrar a operar en la ruta. ¿Por qué no deja de operar? ¿Por qué no protesta vehemente por la subvención a una competidora que la pone a ella en una difícil situación?


Una respuesta podría ser que el supuesto de igualdad de las dos líneas aéreas es falso.  Podría ser que Iberia tuviese alguna característica que le hiciese ser capaz de operar satisfactoriamente sin subvención en presencia de un competidor subvencionado. La razón podría ser que Iberia está mucho mejor gestionada o tiene una estructura más favorable para operar vuelos. En ese caso, Iberia debería protestar por la subvención a un competidor peor gestionado o  con una estructura empresarial menos eficiente.


La subvención tendría sentido en el siguiente contexto. Iberia podría haber estado jugando a la depredación de precios. Cada vez que un competidor trata de entrar en la ruta, usa su músculo financiero para bajar los precios hasta límites que el competidor no puede soportar. En este caso, la subvención puede hacer que la bajada de precios fuese mucho más difícil para Iberia. Sin embargo, ¿No existen instrumentos legales para evitar la práctica de bajar los precios para que no entre un competidor?    

viernes, 22 de enero de 2010

¿Qué opinan los distribuidores de bebidas de la prohibición de fumar en los bares?

La Ministra de Sanidad ha anunciado un endurecimiento de la ley del tabaco. Supongo, que  la idea que sopesa es la prohibición total de fumar en espacios públicos cerrados.  La medida afectaría principalmente  a los bares.
Treinta segundos tras el anuncio de la Ministra sale el representante de los hosteleros diciendo que esa ley será la ruina del sector con unas pérdidas de tropocientos millones de euros, el cierre de todos los bares y la pérdida de empleo asociada.
En este punto ya no estamos en discusiones filosóficas sobre la pérdida de libertad sino en el ámbito del análisis empírico de la economía en la que he tenido la fortuna de ser entrenado y el privilegio de trabajar.
Siempre me pregunto qué técnica econométrica usarán para hacer estas estimaciones. A estas alturas, estoy convencido de que usan el estimador de los cinco dígitos basculantes que me enseño mi antiguo alumno y muy querido amigo Rubén.  Se trata simplemente de extender la mano con la palma hacia abajo y girarla de derecha a izquierda.
¿Cuál sería la metodología adecuada para estimar las pérdidas asociadas a la prohibición?
El libro "Mostly Harmless Econometrics" describe una manera interesante de enfrentarse a este tipo de preguntas.  Los autores proponen  pensar en el experimento ideal que te permitiría estimar esta pérdida. En mi opinión, el experimento ideal sería meter en una bolsa unas fichas con el nombre de cada provincia española. A continuación, una mano inocente extrae la mitad de las fichas. En las provincias que se han extraído se prohíbe fumar y en el resto se quedan como están.  A continuación, se sortean una serie de bares en todo el país y se comienzan a monitorizar con detalle: clientes, ventas, etc. La comparación de medias entre los bares que están en provincias que no se fuma y las que se fuma nos daría la respuesta exacta sobre los efectos de la prohibición.
Obviamente, el experimento ideal suele ser imposible. Pero si no existe el experimento ideal lo que es imposible es lograr una estimación. Se trata de una cuestión fundamentalmente no identificada (FUQs en sus siglas en inglés) y no importa las técnicas que uses, los datos de que dispongas o lo listo que seas. No es una mala manera de pensar para evitar respuestas falsas a preguntas imposibles escondidas bajo una gran sofisticación matemática y técnica. 
Puesto que el experimento ideal es imposible ¿qué tipo de técnicas se podrían aplicar? Se podrían mirar los datos de bares el mes antes y el mes despues de la implantación de la ley. Habría que tener en cuenta que la ley puede tener algún efecto temporal que se difumine en el tiempo. Este problema se resolvería midiendo la asistencia y gasto a bares durante un año antes y un año después de la entrada en vigor de la norma.
A diferencia del método ideal pero no factible, este método tiene diversos problemas. Por ejemplo, si estamos en una recesión puede que el primer año fuese mejor que el segundo y se atribuyese erróneamente la pérdida por la recesión a la prohibición. El caso contrario es posible. Si se está saliendo de una recesión el segundo año es mejor que el primero y se atribuye los mejores resultados a la prohibición.  Este problema podría ser resuelto incluyendo en el modelo una variable que tengan en cuenta el paso del tiempo y pueda limpiar el efecto del ciclo económico.
Una de las cosas más fascinantes de los modelos económicos (teóricos o empíricos) es que sabes dónde empiezas pero no dónde terminas. El analista construye el modelo pero el modelo da más respuestas de las que inicialmente se buscan.  Por ejemplo, cuando estaba pensando en este tema empecé a preocuparme por la fiabilidad de las cuentas de los bares, sus incentivos a mentir en las cuentas, etc. Entonces pensé que quizás no debería encuestar bares sino distribuidores de bebidas (café, agua y refrescos, cerveza, vino y licores).  
Estos datos serían más fáciles de conseguir y más fiables. La pregunta es simplemente si Coca-Cola notó en sus cuentas en Irlanda o Italia el inicio de la prohibición o cuál fue el efecto en sus cuentas tras haber transcurrido un año.
Yo no conozco la respuesta a la pregunta ni sé si se ha hecho este estudio pero tengo una sospecha. Hasta el día de hoy he oído a los hosteleros protestar vehementemente por la prohibición de fumar. Sin embargo, nunca he oído protestar a los distribuidores de bebidas. Mi primera hipótesis es que no hay tal pérdida porque no hay tal protesta. ¿Cómo se puede interpretar entonces la protesta de los hosteleros? Mi hipótesis es que protestan por lo que pueden protestar que es la pérdida de recaudación pero su preocupación es otra. En concreto, creo que su problema real es convertirse en gendarmes sin pistola. Es una ley de difícil cumplimiento y ellos están en el campo de batalla sin armas. Los clientes no les harán caso y el gobierno les multará. Ellos no quieren esa posición que sí tiene un coste para ellos y no el aumento o la diminución de recaudación. Si mi hipótesis fuese cierta, la búsqueda de consensos para la ley debería tenerla en cuenta.
Un último comentario que muestra el poder de la modelización. El solo hecho de escribir la lista de productos que se vende en hostelería (café, agua y refrescos, cerveza, vino y licores) sugiere que no todos se van a comportar igual con la prohibición. Algunos de estos productos van muy unidos al consumo de tabaco (café y licor) mientras otros casi son antagonistas (vino de calidad).  Otro tema que se podría analizar.  



lunes, 18 de enero de 2010

Cajas negras

Siempre me han interesado las cajas negras. Es decir, aquellos objetos o fenómenos en que está claro qué cosas entran y salen pero no qué pasa dentro. Trabajamos con multitud de cajas negras. Dentro del ordenador en que escribo ocurren multitud de fenómenos que no entiendo. Desde el  punto de vista económico, quizás sea una buena idea que no los entienda. Me llevaría demasiado tiempo y no podría dedicarme a hacer las cosas que entiendo si es que esas cosas existen. Sin embargo, de vez en cuando es importante entender qué pasa dentro de una caja negra porque ayuda a descartarla si creemos que no funciona bien, a arreglarla o a crear una nueva.

En Economía existen multitud de cajas negras. Muchas lo son para el público en general y algunas lo son para los especialistas. Empecemos por una historia sorprendente sobre una caja negra.
Un inventor descubre un procedimiento fantástico que transforma diferentes cereales en teléfonos inteligentes tipo IPhone. Los camiones llegan a una pequeña nave y descargan el cereal en una tobera. En otra parte de la nave salen perfectamente ordenados y empaquetados los teléfonos móviles. El inventor recibe homenajes y le entrevistan en Tómbola como representante genuino del nuevo modelo productivo y de la sostenibilidad. Hasta que un día, un avispado periodista con carrera universitaria revisa los alrededores de la nave y descubre una conducción que baja hasta el puerto. Allí, el cereal es cargado en barcos que se dirigen a Asia. Los mismos barcos vuelven cargados con los ansiados teléfonos que son subidos a la nave por un ingenioso mecanismo. Tras la publicación del artículo el inventor es insultado en todos los sitios donde antes era alabado. Había dejado de ser un brillante inventor para convertirse en un “deslocalizador” industrial.
La historia es buena. Un día estaba comiendo una jugosa manzana al principio de la primavera del hemisferio norte y no podía dejar de preguntarme qué tecnología permitía aquel prodigio. El prodigio tecnológico es un barco parecido al del inventor fraudulento que traslada la fruta del otoño austral a la primavera boreal. 
Esta historia ha llegado a la discusión política americana. Dicen los agricultores de Iowa que los coches se fabrican en básicamente en dos lugares. En Detroit usando una tecnología tradicional (entra acero, sale coche) y en Iowa siguiendo una tecnología innovadora (entran semillas y fertilizante, se manda maíz a Corea y vuelven los Hyundais). Los agricultores que producen los coches en Iowa se preguntan por qué los suyos tienen que pagar un impuesto que los de Detroit no pagan.
La historia de la fábrica de teléfonos pone de manifiesto que el comercio internacional tiene bastante da caja negra para legos y especialistas. Los no iniciados suelen sorprenderse de los efectos similares del cambio técnico y del comercio en la productividad. Al mismo, tiempo la parábola pone de manifiesto las distintas actitudes del público ante uno y otro fenómeno.
Bromas aparte, las cajas negras abundan en nuestra vida diaria. Por ejemplo, el tratamiento de la basura. En la ciudad en la que vivo los ciudadanos dedicamos tiempo y esfuerzo a una cuidadosa selección de las basuras. Al mismo tiempo, pagamos lo que nos piden por que esos materiales desaparezcan de nuestra vista. El primer paso de la desaparición ocurre sin grandes problemas. Hasta tres camiones distintos llegan al barrio por la noche y se llevan aquello que no queremos. Sin embargo, una huelga reciente del Centro de Tratamiento Regional puso al descubierto un par de detalles escabrosos. El primero es que el diseño del contrato de este servicio no es muy bueno. La empresa cobra mucho y no parece tener ninguna responsabilidad cuando se deja de proporcionar un servicio básico y la ciudad empieza a tener un aspecto lamentable. El segundo es que un periodista con carrera universitaria fue hasta el supuesto centro de tratamiento para descubrir que se trata de un vertedero de los que se creían extinguidos.
Los materiales que los ciudadanos seleccionamos se tiran todos juntos en cualquier lugar sin ningún tipo de tratamiento o preocupación por sus efectos ambientales.
Otra caja negra interesante es la enseñanza. Dejamos a nuestros hijos a la puerta del colegio antes de cumplir tres años y esperamos llevarlos a la universidad 15 años después. ¿Qué pasa allí dentro todos esos años? ¿Se hace todo lo que se puede? ¿Se podría hacer de otro modo?

jueves, 7 de enero de 2010

Caja España, Duero, Salamanca, Soria y de todos los Santos


Tengo varios amigos que trabajan en el sector financiero. Alguno de ellos tiene importantes responsabilidades en cajas aparentemente bien gestionadas. Suponiendo que alguno lea este blog le pediría su opinión en las siguientes reflexiones. No se trata de nada sesudo sino de una muestra de mi estupor y de mi impotencia intelectual para entender lo que está pasando. 

Mi primer problema es con la profesionalidad de las personas que han dirigido Caja España hasta el día de hoy. Miro al organigrama del consejo y veo a muy pocas personas que tengan unos mínimos conocimientos de economía, banca o negocios. Todos ellos pueden ser magníficas personas pero, en mi opinión, tienen una más que dudosa cualificación para regir los destinos de una organización que tenía la responsabilidad de gestionar mucho dinero y muchos empleados. 

Mi segundo problema es con el tipo de cuestiones en las que usan su tiempo los dirigentes. En teoría nos encontramos en una crisis global. Es posible que sea más importante la segunda palabra (global) que la primera (crisis). En este contexto, tengo dificultades para imaginar a una empresa puntera discutiendo sobre si se llama Apple u Orange, a Bill Gates yendo a Sacramento a reunirse para tomar decisiones, al Departamento de diseño de Apple en California y al de ventas en Alaska. Son todas ellas decisiones que tendrían que ser el resultado de la gestión ágil de un negocio muy competitivo. De otro modo, podrían comprometer la propia competitividad si las decisiones son distintas de las que tomaría una empresa ágil y competitiva. 

Mi tercer problema es con la actitud de la población ante el problema. En el mismo periodo temporal que una caja grande se fue al garete (Caja España) una caja pequeña (Cajastur) adquirió músculo económico suficiente para que el Banco de España le encargase absorber otra caja.  Este resultado era más que esperable dada la cualificación de los dirigentes y el tipo de cuestiones a las que dedicaban su tiempo.

Cuando comentabas este problema en León todo el mundo echaba media sonrisa. La corrupción y el derroche de recursos comunes son aceptados por la población si los llevan a cabo los afines y denunciada violentamente si la llevan a cabo los contrarios. Como siempre, el mundo se divide en dos fuerzas opuestas. Los miembros de la gran mayoría social que piensa de esta manera serían fantásticos economistas que crearían modelos mucho más simplificados que los que desde la ignorancia critican. 

Una vez que ocurre el desastre se echa la culpa a todo tipo de fuerzas oscuras. Un símil puede ayudar. Imagínate que empino el codo más de la cuenta y me caigo por el balcón. Obviamente, hay tres responsables
1. Las personas que me critican y me llevan la contraria. La tristeza que me produce me lleva a beber más de la cuenta.
2. Yo por beber más de la cuenta porque podría haber tomado otra decisión.
3. La fuerza de la gravedad que inexorablemente me empuja hacia abajo. 


La 1 serían todos los culpables que se apuntarán ahora (Valladolid, Banco de España, los masones, ...).
La 2 sería los responsables de Caja España.
La 3 serían las fuerzas de mercado que, aunque en formas cambiantes, siempre han estado y siempre estarán. Entenderlas cada día un poco mejor es una actividad que recomiendo fervientemente a mis alumnos presentes y pasados.