viernes, 22 de enero de 2010

¿Qué opinan los distribuidores de bebidas de la prohibición de fumar en los bares?

La Ministra de Sanidad ha anunciado un endurecimiento de la ley del tabaco. Supongo, que  la idea que sopesa es la prohibición total de fumar en espacios públicos cerrados.  La medida afectaría principalmente  a los bares.
Treinta segundos tras el anuncio de la Ministra sale el representante de los hosteleros diciendo que esa ley será la ruina del sector con unas pérdidas de tropocientos millones de euros, el cierre de todos los bares y la pérdida de empleo asociada.
En este punto ya no estamos en discusiones filosóficas sobre la pérdida de libertad sino en el ámbito del análisis empírico de la economía en la que he tenido la fortuna de ser entrenado y el privilegio de trabajar.
Siempre me pregunto qué técnica econométrica usarán para hacer estas estimaciones. A estas alturas, estoy convencido de que usan el estimador de los cinco dígitos basculantes que me enseño mi antiguo alumno y muy querido amigo Rubén.  Se trata simplemente de extender la mano con la palma hacia abajo y girarla de derecha a izquierda.
¿Cuál sería la metodología adecuada para estimar las pérdidas asociadas a la prohibición?
El libro "Mostly Harmless Econometrics" describe una manera interesante de enfrentarse a este tipo de preguntas.  Los autores proponen  pensar en el experimento ideal que te permitiría estimar esta pérdida. En mi opinión, el experimento ideal sería meter en una bolsa unas fichas con el nombre de cada provincia española. A continuación, una mano inocente extrae la mitad de las fichas. En las provincias que se han extraído se prohíbe fumar y en el resto se quedan como están.  A continuación, se sortean una serie de bares en todo el país y se comienzan a monitorizar con detalle: clientes, ventas, etc. La comparación de medias entre los bares que están en provincias que no se fuma y las que se fuma nos daría la respuesta exacta sobre los efectos de la prohibición.
Obviamente, el experimento ideal suele ser imposible. Pero si no existe el experimento ideal lo que es imposible es lograr una estimación. Se trata de una cuestión fundamentalmente no identificada (FUQs en sus siglas en inglés) y no importa las técnicas que uses, los datos de que dispongas o lo listo que seas. No es una mala manera de pensar para evitar respuestas falsas a preguntas imposibles escondidas bajo una gran sofisticación matemática y técnica. 
Puesto que el experimento ideal es imposible ¿qué tipo de técnicas se podrían aplicar? Se podrían mirar los datos de bares el mes antes y el mes despues de la implantación de la ley. Habría que tener en cuenta que la ley puede tener algún efecto temporal que se difumine en el tiempo. Este problema se resolvería midiendo la asistencia y gasto a bares durante un año antes y un año después de la entrada en vigor de la norma.
A diferencia del método ideal pero no factible, este método tiene diversos problemas. Por ejemplo, si estamos en una recesión puede que el primer año fuese mejor que el segundo y se atribuyese erróneamente la pérdida por la recesión a la prohibición. El caso contrario es posible. Si se está saliendo de una recesión el segundo año es mejor que el primero y se atribuye los mejores resultados a la prohibición.  Este problema podría ser resuelto incluyendo en el modelo una variable que tengan en cuenta el paso del tiempo y pueda limpiar el efecto del ciclo económico.
Una de las cosas más fascinantes de los modelos económicos (teóricos o empíricos) es que sabes dónde empiezas pero no dónde terminas. El analista construye el modelo pero el modelo da más respuestas de las que inicialmente se buscan.  Por ejemplo, cuando estaba pensando en este tema empecé a preocuparme por la fiabilidad de las cuentas de los bares, sus incentivos a mentir en las cuentas, etc. Entonces pensé que quizás no debería encuestar bares sino distribuidores de bebidas (café, agua y refrescos, cerveza, vino y licores).  
Estos datos serían más fáciles de conseguir y más fiables. La pregunta es simplemente si Coca-Cola notó en sus cuentas en Irlanda o Italia el inicio de la prohibición o cuál fue el efecto en sus cuentas tras haber transcurrido un año.
Yo no conozco la respuesta a la pregunta ni sé si se ha hecho este estudio pero tengo una sospecha. Hasta el día de hoy he oído a los hosteleros protestar vehementemente por la prohibición de fumar. Sin embargo, nunca he oído protestar a los distribuidores de bebidas. Mi primera hipótesis es que no hay tal pérdida porque no hay tal protesta. ¿Cómo se puede interpretar entonces la protesta de los hosteleros? Mi hipótesis es que protestan por lo que pueden protestar que es la pérdida de recaudación pero su preocupación es otra. En concreto, creo que su problema real es convertirse en gendarmes sin pistola. Es una ley de difícil cumplimiento y ellos están en el campo de batalla sin armas. Los clientes no les harán caso y el gobierno les multará. Ellos no quieren esa posición que sí tiene un coste para ellos y no el aumento o la diminución de recaudación. Si mi hipótesis fuese cierta, la búsqueda de consensos para la ley debería tenerla en cuenta.
Un último comentario que muestra el poder de la modelización. El solo hecho de escribir la lista de productos que se vende en hostelería (café, agua y refrescos, cerveza, vino y licores) sugiere que no todos se van a comportar igual con la prohibición. Algunos de estos productos van muy unidos al consumo de tabaco (café y licor) mientras otros casi son antagonistas (vino de calidad).  Otro tema que se podría analizar.  



10 comentarios:

  1. Carlos, un post muy interesante. Una consecuencia que puede tener la prohibición de fumar en los bares es que muchos fumadores van a ver más atractivo el botellón y fiestas al aire libre (para esto es necesario el buen tiempo) similares que acudir a bares. Es posible que la consecuencia de esto sea un aumento en la venta do bebidas alcoholicas.
    Por otra parte, creo que los dueños de los locales no deber ser los encargados de que se cumple esa norma. Salvo que seas un gorila quien se va a atrever a decir que deje de fumar a un grupo de jóvenes borrachos y con ganas de pegarse. Yo estoy completamente a favor de la prohibición de fumar en los bares pero no estoy a favor de que sean los dueños de los locales los encargados de hacer cumplir esa ley.

    Julio

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  2. Esto pasa por las soluciones a medias tintas, tan típicas de los gobernantes dubitativos que no saben tomar las decisiones con valentía en su momento. Si se hubiese tomado la decisión de prohibión total cuando se inició el proceso (por respeto a los no fumadores y a los empleados de hostelería),que no estabámos en crisis galopante de consumo e inversión no habría tanto lamento.
    Estoy con C. y pienso lo dudoso que afecte a ese nivel de tener que cerrar tantos s bares y cafeterías .
    En los cines , en los vuelos , en los viajes en tren no se fuma y no se oyen quejas de la caída de la demanda desde que se ha instalado la ley en los respectivos espacios.

    Habría que confeccionar un modelo fraccionando la clientela de los bares y cafeterías, para saber cómo reaccionaría la demanda en atención a lo que se va a hacer a hacer en esos lugares:
    * Se va a fumar, porque no pueden en su trabajo o en su casa o porque fuman alí dónde pueden.
    * les gusta el café o la tila y su preferencia va a seguir siendo ésa (aunque fumen a la vez).
    * Les gusta jugar la partida, que requiere tiempo y ansiedad.
    * Les gusta alternar con los amigos o la familia y asisten a estos lugares como zona de encuentro, y eso es lo importante y además fuman o no.
    * Están en desempleo y tienen tanto tiempo libre que van a lugares de alterne por hacer algo (Pero tienen mucho tiempo para fumar en la calle).
    * Van a ligar o a bailar a las discotecas y pubs y se sienten más seguros/as con un cigarro en la mano o no, pero fuman porque pueden...
    * La climatología es más o menos adversa y permanecer en la calle es más o menos sufrido.
    y alguna consideración más que se podría adherir.

    A partir de ese modelo y añadiendo que fui fumador un año más o menos a tiempo completo, manifiesto que yo no iba a los bares a fumar sino a los otros motivos citados y pese a ser fumador privado, me molestaba ese ambientazo en bares ,cafeterías y pubs y no hablemos del ambiente del trabajo.

    Me parece que alguno tiene la cara muy dura, cuando se produjo la conversión de la peseta al euro subieron la mayoría de 100 pesetas o 110 a un euro. Pero eso no lo vieron como un encarecimiento de la oferta con el consiguiente retraimiento del consumo...

    Mejorar la oferta: en algunos bares, cuando entras, a veces, pareces invisible o transparente, por ello, he hecho la prueba de quedarme callado esperando a ver si alguien se dirigía a mí, he cogido un periódico y después de un buen rato, cuando por fin se han dado cuenta de mi presencia, he estado a punto de decir: no si a partir de cierto momento, sólo he entrado a leer el periódico: ya les vale, mejoremos la calidad de servicio y no nos quejemos tanto.

    Alfonso

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  3. Carlos,
    Brillante post, de verdad que me ha parecido fantástico. Y me encanta el método de medir el efecto a través de los distribuidores. Como sabes soy casi un experto en el mercado de café. Tengo muchos datos y acceso a muchas fuentes sobre el sector. Por curiosidad he mirado los efectos de ventas de café en hostelería en Irlanda, Italia y Francia y no han experimentado cambios en volumen de Kg vendidos. Yo he estado varias veces en Italia desde la prohibición de fumar y todos los amigos que tengo allí residiendo me dicen que no han dejado de salir y tomar algo porque no se puede fumar. En Inglaterra lo mismo. Y aquí pasará lo mismo.

    Lo único que quieren los hosteleros es subvenciones para "mermar el efecto de la caída de sus ingresos por la medida". Es meramente una medida de presión, ni más ni menos.

    Hay muchas personas que no están consumiendo más en bares, cafeterías y restaurantes por el humo, estoy seguro. Y el que asiste, seguirá haciéndolo.

    Como te decía, tengo acceso a los datos de café en hostelería y te voy a decir mes a mes cómo han evolucionado. Me juego un mes de sueldo a que no hay cambios significativos (más/menos 10 %)

    Por otro lado, yo les diría a los hosteleros que esta medida no es un tema económico. Aquí la libertad de las personas prima por encima de todo. Nadie acepta que una chimenea descontrolada se ponga al lado de su casa. Queremos que nuestras aguas estén limpias y no haya basura por donde pisamos. Si esto es así, ¿cómo voy aceptar que una persona, ajena a mí, por el mero hecho de estar en un espacio público afecte a mi libertad y salud con su presencia al fumar? Si lo pensamos bien, la externalidad negativa de los fumadores es algo intolerable desde un punto de vista de la libertad individual y la salud pública. Esto sólo basta para sacar una ley completamente restrictiva para fumar en espacios públicos.

    Lo siento por los fumadores, pero sus acciones no pueden dañar a terceros sin más. Yo tengo dos hijas pequeñas, y me da pavor entrar a darles la merienda en una cafetería. ¿Por qué la libertad de un fumador coarta la de toda una familia? Intolerable, la libertad ante todo!

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  4. Voy a tocar un poco las narices, como es mi costumbre. Primero de todo, estoy de acuerdo con que no se fume en los bares y creo que ya se debería haber prohibido cuando se reguló chapuceramente la restricción parcial que existe actualmente (y que nadie se preocupa de ver si se cumple o no, por cierto). Segundo, no creo que la prohibición total afecte a las cuentas de los hosteleros, simplemente cambiará algunos hábitos entre los fumadores, pero dado que no existirán bares en los que no se pueda fumar y todos compiten en igualdad de condiciones, la única manera de que las ganancias de los hosteleros mermasen sería que la gente dejase de ir a los bares, cosa que en este país me parece bastante difícil. Además, el año que se prohibió fumar en Italia, recuerdo que estuve en Sicilia (nada menos) y allí, para mi sorpresa, no fumaba nadie y no percibí ninguna queja por ello. Es cierto que era verano y los fumadores tomábamos nuestras dosis en las terrazas, pero después del tiempo que ha pasado, coincido con las opiniones que han aparecido aquí y no creo que los bares se hayan resentido en los países en los que la restricción es total.
    Dicho lo anterior, lo que discuto es que a los no fumadores les moleste tanto acudir a bares donde se puede fumar como dicen. Según las estadísticas, alrededor de un 35% de los españoles fuma, lo que quiere decir que el 65% no fuma. Suponiendo que el tabaco y el consumo en el bar sean independientes (cosa discutible, ciertamente), los escasos bares que conozco en los que no se puede fumar deberían estar hasta la bandera y, sin embargo, no ocurre así. Puedo dar el nombre de tres o cuatro cafeterías que prohibieron fumar cuando entró en vigor la prohibición parcial y luego recularon. Sólo me viene a la cabeza uno que ha mantenido la prohibición (y, por cierto, nunca lo he visto lleno). En mi barrio existe un local que aplicó correctamente la ley y separó los ambientes de fumadores y no fumadores. Siempre que voy allí, todo maría santísima está en la zona de fumadores, mientras que la zona de no fumadores está desierta (bueno, una vez vi a una madre con su carricoche y su hijo tomándose un café).
    Insisto, estoy de acuerdo con la prohibición total y no creo que vaya a ser perjudicial; pero la pregunta es: si a la gente le molesta tanto el humo y la gente que no fuma (o dice que no fuma) es casi el doble que la que fuma, ¿por qué demonios están vacíos los sitios en los que no se puede fumar? Con la ley actual en la mano, sería de esperar todo lo contrario. ¿Alguien me lo puede explicar?

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  5. El tema que menciona Ángel no sólo es cierto sino que es un misterio que merece la pena estudiar. Yo ha lo he intentado varias veces pero no he logrado llegar muy lejos.
    De momento, te voy a a poner contraejemplos de bares de "no fumadores" vacíos. En León hay que ir a las confiterías para lograr un espacio sin humo. Los dos sitios a los que yo voy (Fuensanta cerca de la universidad y un salón de té junto al Vangogh) están siempre llenos. El olor a tabaco se sustituye por olor a dulces. El fumadero que había enfrente al salón de té quebró hace meses. Tampoco es que estuviese muy lleno. Al final en tus ejemplos falla el carácter múltiple de un bar. Si el dueño del salón de té fuese un desastre la gente aguantaría el humo en otro sitio. Como es bastante agradable, la gente puede hasta privarse de fumar para ir. Hay sustitución entre las características.

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  6. En mi ámbito geográfico, las cafeterías donde no se puede fumar están hasta la bandera. Yo estoy dispuesto a pagar más por un menú en un restaurante donde haya zona de no fumadores.

    ¿Vale la casuística de cada uno para evaluar la pertinencia? Sinceramente, creo que no. Externalidades, libertades y poder de elección. Los hosteleros no hacen una oferta más seria para "no fumadores" porque tienen miedo a su demanda..., tienen un mix de clientes, fumadores y no fumadores, y la incertidumbre les puede. En cambio, la demanda potencial tiene que estar ahí... Otra cosa es que seas un chigre de mala muerte que no entre ni dios, da igual que se pueda o no fumar...

    Ojo no vaya a ser que confundamos las variables...

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  7. Estaba echandome un cigarro y vi tu entrada, asi que voy a apurarlo para hacer gala de mis nulos conocimientos econometricos y de estimacion de modelos.(Esto último va en serio).Solo 2 comentarios:

    1) Hablas de sustituir datos de los ingresos de bares,por datos de distribuidores.
    Creo que seria una buena sustitucion,si se presupone que solo se bebe en los bares.Pero me consta que la gente se puede enjarrillar en otros lugares(Hace sustituciones en los lugares,pero no en lo que consumen por que las drogas tienen una demanda muy inelastica).Esto nos llevaria de ser cierto, a que los datos de las distribuidoras de bebidas no se alteraran y que si que sufrieran la disminucion de ventas los bares.

    2)Hay una cosa en la que estoy de acuerdo con C, y es que yo tambien dudo de la fiabilidad de las cuentas de los bares.
    Pero lo que me pregunto es ¿Por que tras la prohibición estas cuentas van a ser mas o menos fiables que antes?.

    En definitiva,puede que no haya protesta de las distibuidoras,por que no les afecta la prohibición.

    Tengo tb que decir que el instinto me lleva a la misma conclusion que a C.Se protesta por que no les pagan por hacer la labor que otro deberia hacer.Pero no me resistia a tocar las narices(Sea aqui,o en los bares).

    http://www.youtube.com/watch?v=Dpf56AvccvI

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  8. Carlos Besteiro. algunos datos sobre el tabaquismo en España. Las enfermedades provocadas por el tabaco provocan 50.000 muertes anuales en España, de las cuales 1.400 son fumadores pasivos. Al sistema público de salud estas enfermedades le cuestan 7700 millones de euros al año. además no podemos olvidar los 800.000 trabajadores de la hosteleria, que durante interminables jornadas de trabajo, están respirando el humo de sus clientes, fumadores.
    No creo que a largo plazo pierdan los hosteleros los ingresos que pronostican, a lo sumo perderán parte de la comisión por venta de tabaco en sus establecimientos.
    El gobierno debería gobernar, y no dar un pasito palante y 2 patras.....

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  9. Cuidado Besteiro que te columpias. Supongo que cuando se dice que los fumadores le cuestan a la salud pública 7700 millones al año, te refieres a lo que cuesta su tratamiento, hospitalización y demás. Pero como empecemos a utilizar argumentos, más contables que económicos, de este tipo, podemos llegar a la conclusión de que fumar es una bendición para el sistema. Por ejemplo, por las siguientes razones:

    - Supongamos que fuma el 35% de una población de 45 millones, lo que arroja 15.750.000 fumeteros. Si cada uno fuma una cajetilla al día, si el precio medio de la cajetilla es de 3€ y si la mitad se va a impuestos (el precio medio es mayor y a impuestos se va a más de la mitad, pero vamos a redondear) el estado recauda más de 23 mil euros diarios por fumador, que multiplicado por 360 días nos da una cifra que supera bastante los 7700 millones de euros.

    - Los fumadores tienen una esperanza de vida entre diez y quince años menor que la de los no fumadores, por lo que más o menos acaban palmando entre los 65 y los 70 años. Se pasan la vida cotizando y apenas disfrutan de la jubilación. Otro chollo.

    - Si todo el mundo dejara de fumar tampoco se haría inmortal. Los no fumadores también la palman y, como encima viven más, el sistema acaba corriendo con las cargas de enfermedades propias de la vejez (que no cito para no deprimirme), que no sé si son más baratas o no que las de los fumadores. Pero vamos, que si uno deja de fumar, no tengo claro que Sanidad ahorre mucho por esta vía.

    Cuidado con ese tipo de argumentos de sumar y restar, porque si tenemos en cuenta los costes de oportunidad y lo único que nos preocupa son las cuentas públicas, creo que habría que distribuir tabaco a las puertas de los colegios.

    Y me parece muy bien que otra gente encuentre sitios llenos a tope en los que no se puede fumar. Pero yo no los veo, sinceramente. Si eso fuera así, no creo que hiciera falta reformar la ley, porque quedarían pocos garitos en los que los fumadores pudiéramos dar rienda suelta a nuestro vicio. Como bien dice Carlos, no dejan de ser "contraejemplos".

    Vamos, que me parece muy bien que no se permita fumar en lugares cerrados, pero cuidadito con los argumentos. Hay que dejar de fumar porque es más sano, porque el vino sabe mejor y, sobre todo, porque el fumador crea externalidades negativas a gente que no tiene por qué soportarlas. Y punto.

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  10. Carlos Besteiro desde el columpio...
    De acuerdo con Angel respecto a las externalidades negativas del consumo de tabaco. Respecto a los efectos sobre la recaudación fiscal no lo tengo tan claro.
    Supongamos que la ley que se propone, que sólo pretende prohibir el consumo de tabaco en lugares públicos cerrados, consigue que la población fumadora dejarse de hacerlo, también en el ámbito privado.
    El Estado y las C.autónomas dejarían de recaudar 7.600 millones de euros, datos 2008 de impuesto sobre el consumo de tabaco.
    Los exfumadores podrían sustituir el gasto destinado a tabaco por un crucero al año, lo que incrementaría la recaudación de IVA e IRPF.
    Por lo tanto la pérdida de recaudación no sería el 100% de lo recaudado por el impuesto del tabaco.
    El sistema público de salud se ahorraría los 7700 millones de euros que cuesta el tabaquismo y tendría efectos externos positivos la liberación de esos recursos sanitarios para otras patologías que son más difíciles de prevenir.

    Saldrían ganando los exfumadores y sus familias, mejorando su salud y Hacienda, también, como siempre.

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