jueves, 7 de enero de 2010

Caja España, Duero, Salamanca, Soria y de todos los Santos


Tengo varios amigos que trabajan en el sector financiero. Alguno de ellos tiene importantes responsabilidades en cajas aparentemente bien gestionadas. Suponiendo que alguno lea este blog le pediría su opinión en las siguientes reflexiones. No se trata de nada sesudo sino de una muestra de mi estupor y de mi impotencia intelectual para entender lo que está pasando. 

Mi primer problema es con la profesionalidad de las personas que han dirigido Caja España hasta el día de hoy. Miro al organigrama del consejo y veo a muy pocas personas que tengan unos mínimos conocimientos de economía, banca o negocios. Todos ellos pueden ser magníficas personas pero, en mi opinión, tienen una más que dudosa cualificación para regir los destinos de una organización que tenía la responsabilidad de gestionar mucho dinero y muchos empleados. 

Mi segundo problema es con el tipo de cuestiones en las que usan su tiempo los dirigentes. En teoría nos encontramos en una crisis global. Es posible que sea más importante la segunda palabra (global) que la primera (crisis). En este contexto, tengo dificultades para imaginar a una empresa puntera discutiendo sobre si se llama Apple u Orange, a Bill Gates yendo a Sacramento a reunirse para tomar decisiones, al Departamento de diseño de Apple en California y al de ventas en Alaska. Son todas ellas decisiones que tendrían que ser el resultado de la gestión ágil de un negocio muy competitivo. De otro modo, podrían comprometer la propia competitividad si las decisiones son distintas de las que tomaría una empresa ágil y competitiva. 

Mi tercer problema es con la actitud de la población ante el problema. En el mismo periodo temporal que una caja grande se fue al garete (Caja España) una caja pequeña (Cajastur) adquirió músculo económico suficiente para que el Banco de España le encargase absorber otra caja.  Este resultado era más que esperable dada la cualificación de los dirigentes y el tipo de cuestiones a las que dedicaban su tiempo.

Cuando comentabas este problema en León todo el mundo echaba media sonrisa. La corrupción y el derroche de recursos comunes son aceptados por la población si los llevan a cabo los afines y denunciada violentamente si la llevan a cabo los contrarios. Como siempre, el mundo se divide en dos fuerzas opuestas. Los miembros de la gran mayoría social que piensa de esta manera serían fantásticos economistas que crearían modelos mucho más simplificados que los que desde la ignorancia critican. 

Una vez que ocurre el desastre se echa la culpa a todo tipo de fuerzas oscuras. Un símil puede ayudar. Imagínate que empino el codo más de la cuenta y me caigo por el balcón. Obviamente, hay tres responsables
1. Las personas que me critican y me llevan la contraria. La tristeza que me produce me lleva a beber más de la cuenta.
2. Yo por beber más de la cuenta porque podría haber tomado otra decisión.
3. La fuerza de la gravedad que inexorablemente me empuja hacia abajo. 


La 1 serían todos los culpables que se apuntarán ahora (Valladolid, Banco de España, los masones, ...).
La 2 sería los responsables de Caja España.
La 3 serían las fuerzas de mercado que, aunque en formas cambiantes, siempre han estado y siempre estarán. Entenderlas cada día un poco mejor es una actividad que recomiendo fervientemente a mis alumnos presentes y pasados.


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