tag:blogger.com,1999:blog-23968949594549520592024-03-05T21:15:31.376+01:00Economía cotidianaVivencias y circunstancias cotidianas analizadas a la luz de los conocimientos básicos y las herramientas de la Economía.Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.comBlogger30125tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-20121024072168276172011-08-02T19:23:00.005+02:002011-08-02T20:01:08.125+02:00¿Es sólo papel?<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La noticia del día es que el país está a punto de ser intervenido porque la diferencia del tipo de interés de la deuda española con respecto a la alemana ha sobrepasado en algún momento de la mañana los 400 puntos básicos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">He de reconocer que hasta hace bien poco no había prestado atención al concepto de punto básico. Cuando lo escuché supuse que era una manera sofisticada de referirse a los tipos de interés con dos decimales. Por ejemplo, si voy al banco y me considera un mal cliente me cobra un 1% más que a un buen cliente. A eso se le denomina un diferencial de 100 puntos básicos. La diferencia entre un suplemento de 99 puntos básicos (0.99%) o 101 (1,01%) no es muy importante si el préstamo es de 10.000 euros. Estamos hablando de una diferencia de un euro al año. Pero si el préstamo es de 10.000 millones de euros estamos hablando de un millón de euros cada año. Por tanto, para cantidades grandes merece la pena hablar de puntos básicos en vez de tantos por ciento. Ahí se acaba el misterio. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En estos tiempos el diferencial de intereses oscila a lo largo de la semana desde algo más de doscientos puntos hasta cuatrocientos. La pregunta esencial es: ¿Tanto cambia nuestra capacidad de pagar en dos días? Yo creo que la respuesta es negativa. Sin embargo, dejo a los expertos en finanzas que expliquen por qué cambia en unos minutos la capacidad de pago a diez años vista de la décima economía mundial.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">A mí me recuerda una anécdota muy educativa. Hacia 1987 yo ya intentaba, en vano, entender la prensa económica. Mi capacidad de comprensión sigue siendo muy limitada a día de hoy. La diferencia es que ahora estoy seguro de que el problema se debe, además de a mi ignorancia, al bárbaro uso del idioma, la superficialidad y la ampulosidad. Por tanto, no me extraña que recuerde una noticia que creí entender. Unos periodistas ingleses habían visitado al, por entonces, hombre más rico del mundo. La decepción había sido mayúscula porque se encontraron a un hombre con boina que conducía una camioneta llena de perros. Es decir, que su sofisticación era menor de la esperada para alguien cuya fortuna había superado recientemente a la de la reina de Inglaterra.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Unos años más tarde tuve la fortuna de ser testigo del imparable ascenso de Walmart, la empresa de aquel hombre rico. Picado por la curiosidad seguí un poco la trayectoria de Sam Walton en los medios de comunicación. Por último, adquirí una biografía autorizada y una no autorizada. En la autorizada cuenta su versión del encuentro con los periodistas ingleses. En primer lugar, volvía de cazar con sus perros y no le parecía oportuno transportarlos en una limusina. En segundo lugar, cuando le comunicaron que era más rico que la reina de Inglaterra él les preguntó cómo habían llegado a esa conclusión. Le dijeron que habían multiplicado el número de acciones de Walmart en poder de su familia por su precio en la bolsa de Nueva York. Siendo consciente de que la bolsa estaba muy sobrevalorada, Sam les comentó que estaba muy satisfecho con su situación económica personal y con su trabajo en una empresa que daba servicios y trabajo a muchas personas pero que él no disponía de la fortuna que citaban. Añadió que: “eso es sólo papel”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Pocos días después la bolsa de Nueva York sufrió una espantosa caída que estuvo a punto de destruir el sistema financiero e iniciar una grave recesión. Haciendo el mismo cálculo, Sam Walton no sólo había dejado de ser el hombre más rico del mundo sino que se podía decir que sus pérdidas eran millonarias o que se había arruinado. Los periodistas emprendieron viaje hacia Arkansas para conocer las impresiones del millonario arruinado. Allí encontraron a Sam en el mismo camino rural conduciendo la camioneta cargada de perros y tocado con la misma boina. Cuando le preguntaron por sus sensaciones tras haberse arruinado les contestó que se lo había dicho y no le habían hecho caso: sólo era papel. Aquella misma mañana había podido comprobar que Walmart seguía con sus operaciones normales dando servicios y empleo a mucha gente. De hecho, nada había cambiado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En días como hoy yo me pregunto si Sam tenía razón y no le dedicamos demasiado tiempo a los “spreads” y demasiado poco a multitud de cuestiones que pueden y deben ser cambiadas. En aquella época, Samuelson y Solow comentaron que no dejaba de ser triste que sus mejores alumnos acabasen siempre preocupados por los “spreads” mientras hay multitud de temas interesantes que reciben menos atención: las pensiones, la sanidad, la administración pública, la investigación o el medio ambiente por citar sólo unos pocos.</span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-20812716092462916442011-06-29T11:10:00.002+02:002011-06-29T12:19:57.862+02:00Rudimentos de economía para mis alumnos indignados<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">2. No queremos ser mercancía</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Esta era la frase que aparecía en una pancarta del campamento de indignados en León. La interpretación literal de esta frase es que los jóvenes acampados se negarían a ser vendidos a un equipo de fútbol europeo por varias decenas de millones de euros y a cobrar un salario anual de varios millones. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Yo dudo de la solidez de esta postura. En esas condiciones, yo no me negaría a ser tratado como mercancía y no conozco a nadie con tantos escrúpulos. De hecho, se puede pensar en un caso límite en el que Cristiano Ronaldo descubre que su verdadera vocación es ayudar a los enfermos de lepra en un país pobre. ¿Sería razonable que se acogiese a su derecho a no ser tratado como mercancía y se trasladase allí como misionero? No dudo de que pudiese ser un buen misionero pero probablemente no destacaría tanto como en la práctica deportiva. Por tanto, sería mejor para todos que donase su salario para pagar unos cientos de voluntarios con formación médica y el equipamiento necesario. <span class="Apple-style-span" style="color: red;">(*)</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Una pancarta más realista rezaría: "no queremos ser mercancía <b><i><u><span class="Apple-style-span" style="color: red;">barata</span></u></i></b>". La ventaja de esta frase es que está relacionada con un principio económico básico con gran capacidad explicativa: la escasez. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La mercancía barata es la mercancía abundante. Por tanto, la pregunta clave es: ¿Qué te convierte en mercancía abundante y barata? </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">No existe una respuesta corta ni completamente acertada. Pero se puede intentar algo rápido. Por ejemplo, las acciones y actitudes que te identifican con una masa informe de individuos te convierten en mercancía abundante. Algunos ejemplos serían: ver programas de televisión en los que participan personajes descerebrados, el ocio absurdo, no leer o no usar las posibilidades de exploración y aprendizaje de las nuevas tecnologías. Tengo evidencia anecdótica de la extensión de estas acciones y actitudes. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Por otro lado, ¿Qué te convierte en mercancía escasa y cara? Una respuesta tentativa iría en estas líneas: el inconformismo, la lectura, la exploración o la búsqueda continua de tus puntos positivos y negativos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: red; font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">(*) En el momento álgido de la crisis asiática de finales de los noventa yo estaba impartiendo mi último curso de macroeconomía en Oviedo. Viajaba regularmente entre Oviedo y León y escuchaba la radio. Un día entrevistaron al cantante Manu Chao. Por aquella época, era un conocido activista contra la banca, los movimientos internacionales de capital y todo eso. La periodista le preguntó cómo llevaba el ser millonario. El cantante confesó que tenía dudas. Por ejemplo, en aquel momento los millones los tenía almacenados en sacos en su apartamento de París. De vuelta a Oviedo, consulté con mis alumnos la veracidad de la historia. Temía que una contestación tan surrealista fuese una broma de un imitador en un programa de humor. Mis alumnos me confirmaron que se trataba de un hecho conocido. Eso me dio la oportunidad de explorar con ellos algunas alternativas solidarias para los millones de Chao. Por ejemplo, ponerlos en una cuenta bancaria a plazo y usar los intereses para ayudar a los que lo estaban pasando mal en aquella crisis. </span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-27625667623695723732011-06-13T13:35:00.001+02:002011-06-13T13:36:30.558+02:00Rudimentos de economía para mis alumnos indignados<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">1. ¿Por qué manda el mercado?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Esta interesante pregunta aparecía en una pancarta de la acampada de León. Ésta es mi respuesta.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Un hombre joven y corpulento va por un pasillo angosto y se encuentra con una anciana diminuta que camina apoyada en un bastón. ¿Quién debe ceder el paso?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El hombre joven puede derribar a la anciana y caminar sobre ella. Otra posibilidad, es que haya sido educado con normas sobre el respeto a las personas mayores y a los más débiles. En ese caso, volverá sobre sus pasos y buscará una manera de ayudar a la mujer a completar su paseo (*). </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Es fácil introducir el mercado entendido como mecanismo de intercambio en esta historia. Puede que la viejecita tenga mucho dinero y esté dispuesta a pagarle al joven por las molestias. Puede que el joven se dirija a hacer una tarea bien remunerada y esté dispuesto a pagar por tener el paso libre. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Si alguien está pensando que ésta es una historia tonta le diré que con pocos más mimbres Ronald Coase escribió el segundo de sus artículos más conocidos. A los genios les basta con dos artículos sin ecuaciones y con un único concepto para cambiar dos campos de análisis. Su visión sobre las implicaciones de quién tiene derecho y sobre las posibilidades de negociar es fundamental para entender problemas de medio ambiente. En concreto, para diseñar medidas efectivas tratando de amortiguar el coste económico que podría poner en peligro su implantación. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Volviendo al ejemplo vemos que, aparentemente, puede "mandar" la fuerza del joven, la norma social o la capacidad económica y valoración del tiempo de uno u otro. Pero, en realidad, quien "manda" es el pasillo estrecho. Las soluciones a los problemas pueden ser mejores o peores pero no son el problema. Igual que los mensajeros pueden traer mejores o peores noticias pero la solución no pasa por matarles. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Usando un lenguaje un poco más técnico diría que "mandan" las escaseces. Las diferentes normas e instituciones gestionan la escasez. Algunas de estas normas son ajenas al mercado mientras otras están destinadas a solucionar los problemas con intercambios. En resumen, el mercado es una de las soluciones. No necesariamente la mejor ni la peor. Depende de los casos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Volviendo de nuevo a la historia de la viejecita y el joven a mí la solución que más me desagrada es arrollar a la anciana. A otras personas les parece odiosa la idea de que la anciana le compre su tiempo al joven. Pero esa es otra historia que pertenece al segundo capítulo. De la anécdota, yo me quedaría con la idea de que si el joven se cansa de pagarle el peaje a la ancianita puede decidir ampliar el pasillo o buscar otra alternativa. En ese caso, la solución mercantil es la que manda la señal adecuada. </span></div><div class="MsoNormal"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: red; font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">(*) Me gustaría hacer un inciso sobre la pérdida de la norma de ceder el asiento. No hace muchos años se enseñaba en las escuelas la necesidad de ceder el asiento a las personas mayores, embarazadas o personas con algún problema. En mis viajes en el metro en Madrid y en las salas de espera observo que esta costumbre ha desaparecido. </span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-16961421679728335562011-06-10T13:11:00.001+02:002011-06-10T13:12:29.560+02:00El coste de la ficción y la ficción del coste cero<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Los aficionados a la lectura deben tener clara la diferencia entre realidad y ficción. No en vano, una de las obras claves de la literatura española se regodea en las desdichas de Don Quijote ante sus dificultades para distinguir una de otra.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El hecho de que vivamos rodeados de fenómenos económicos genera una familiaridad que se puede confundir con comprensión o por lo menos con la sensación de que se pueden entender en dos tardes. En otros campos, parece más clara la distinción entre vivir marcado por una circunstancia y entenderla. Por ejemplo, la diferencia entre sufrir una enfermedad y entender sus características. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El coste es un concepto de apariencia sencilla que se resiste al embate de mentes por otra parte brillantes. Por ejemplo, el alcalde saliente de la ciudad donde vivo insistió durante la campaña electoral en que su proyecto de tranvía era a coste cero. La afirmación sorprende ya que se baraja una cifra inicial mínima de 70 millones de euros y esas cifras suelen crecer antes de concluir el proyecto. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Considero que una persona ha adquirido unos rudimentos mínimos de economía cuando puede afirmar sin dudar: "si se usan recursos escasos hay coste". Por tanto, si el proyecto del tranvía usa suelo, maquinas, trabajadores, energía, etc. no puede tener coste cero.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La ficción de coste cero puede tener consecuencias muy negativas. Por una parte, el coste es la señal que frena proyectos descabellados. Si se niega la existencia de este coste estás más cerca de emprender un proyecto desatinado. Por otra parte, el coste siempre estará ahí. No desaparece por tu negativa y alguien lo pagará más tarde o más temprano. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Fenómenos similares al "coste cero" del tranvía se repiten con regularidad. A mí se me ocurren dos preguntas: <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">1. ¿Cómo puede el anterior acalde, alto directivo de banca, pensar que un proyecto que usa ingentes recursos tiene coste cero? <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">2. ¿Cómo pueden llegar a semejante conclusión los ciudadanos que le votan?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Soy consciente de que hay respuestas malévolas para la primera pregunta y respuestas simples para la segunda. Por tanto, voy a proponer una teoría que deja en mejor lugar al alcalde saliente y a sus votantes. La explicaré con un ejemplo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Algunos días te quedas a comer en un restaurante cercano a tu trabajo donde sirven un magnífico menú a un precio muy razonable. Sin embargo, el vino no está incluido. Cuando el camarero te pregunta si te apetece beber vino tendrás que comparar tu incremento de bienestar asociado a beber vino con el precio de la botella. U</span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">n día, organizas en el mismo restaurante una comida con un grupo de 100 compañeros de trabajo. La escena se repite pero ahora el avispado camarero aparece en una esquina de la mesa con una botella de vino de 100 euros. La primera persona a la que ofrece el vino calcula que si se abre la botella no va a pagar más de 1 euro por el vino. Por tanto, accede a tomar vino. El problema es que todos los comensales van tomando la misma decisión. Al poco se abre una segunda botella, luego otra y la broma puede salir con facilidad por cien euros por barba.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Supongo que la gente se ha dado cuenta de este fenómeno hace mucho tiempo y, por eso, cuando se organiza una celebración masiva todas las decisiones sobre el menú y vino se toman antes del convite. En otras palabras, nadie en su sano juicio deja opciones onerosas abiertas cuando el grupo sea grande.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El tranvía de León no sale a coste cero. Suponiendo que lo pague el gobierno central supondrá un incremento de impuestos pequeño cuando se divida entre todos los contribuyentes del país. Por tanto, se presiona para que se haga y se ridiculiza a los críticos con el argumento del coste cero. Lo que pasa es que el mismo fenómeno va a ocurrir en todas las poblaciones del país sobre ese u otro proyecto. Al final, todos terminamos pagando todos los proyectos con independencia de su interés. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-70406320061651000862011-04-21T12:01:00.004+02:002011-04-21T12:04:20.247+02:00Zapatero a tus zapatos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy49-wCO7UllY3Q-rH8DmDtr5Z1jI736qgAxW95-OwWDXHfUxLj9KQ5zxD1iUrliYcP0Jsm12TytC3qlJO5NJ4iFx8FfVSmgukf15lUrdzv4EUoQGZPD37i1RuCW5DYKxIlAOQzJTXotk/s1600/leon_sinprisa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy49-wCO7UllY3Q-rH8DmDtr5Z1jI736qgAxW95-OwWDXHfUxLj9KQ5zxD1iUrliYcP0Jsm12TytC3qlJO5NJ4iFx8FfVSmgukf15lUrdzv4EUoQGZPD37i1RuCW5DYKxIlAOQzJTXotk/s320/leon_sinprisa.jpg" width="240" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><br />
</span></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><br />
</span></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Especialización<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Un año más tarde Epi me propuso que fuese uno de los presentadores de la segunda parte de <a href="http://www.universitarialibros.com/libro/leon-sin-prisa-ii-un-viaje-por-la-provincia_65596">León sin Prisa</a> en el salón <a href="http://www.ambitocultural.es/ambitocultural/index.jsp">Ámbito Cultural</a> de El Corte Inglés en León. Fuimos los mismos presentadores del año anterior y usamos de nuevo el alfabético como orden de intervención. Por tanto, me tocó hablar en segundo lugar tras Juan Miguel Alonso. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Los tres presentadores (*) hemos acordado que el año que viene cuando Epi presente la “precuela” del libro invertiremos el orden de intervención. De este modo, <a href="http://www.badosa.com/bin/obra.pl?id=m004">Juan Pajares</a> tendrá la “ventaja” de intervenir en primer lugar. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La invitación al acto me atribuye de nuevo la condición de escritor como segundo oficio. Una afirmación que se sostiene con dificultad hasta que un <a href="http://www.tierrasdeacero.com/beta/gen/index.php?mod=gno&sec=notva1&notnot=725">verdadero escritor</a> comienza una intervención en la que es evidente su dominio del lenguaje y de la técnica literaria.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Hace un cuarto de siglo, en esta circunstancia, yo habría cometido errores de diferente naturaleza. En primer lugar, me habría negado a hablar en la presentación alegando que no podía hacer nada valioso. En segundo lugar, presionado por las circunstancias, podría haber intentado emular a Juanmi con las consecuencias que todo el mundo se imagina. Sin embargo, en algún momento del último cuarto de siglo he comprendido el papel que la especialización juega en nuestras vidas. Es una de las claves de la productividad y ésta la fuerza esencial en nuestra lucha contra la escasez. Esta idea de la especialización está en el saber popular y se recoge en dichos como: “zapatero a tus zapatos”. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Aplicar el principio de especialización a la presentación de libro consistió en identificar una estrategia que yo pudiese ejecutar con un mínimo de solvencia y que fuese diferente al tiempo que complementaria con los comentarios de Juan Miguel y Juan Carlos. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Dos activos que siempre puedo usar son la lectura, que acompaña mis días desde hace más de cuatro décadas, y el análisis económico que apareció en mi vida hace más de un cuarto de siglo sustituyendo o complementando otras fuentes que alimentan mi curiosidad. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En mi papel de lector coincidí en muchos puntos con el análisis que hizo Juanmi en su comentario y tuve que pedir disculpas por las repeticiones. El libro es ameno, está bien escrito, es didáctico, es agudo y está bien documentado. Además, me copié a mi mismo hace un año afirmando que el libro puede ser usado como referencia, guía de viaje y espero que, en el futuro, sea una crónica de este principio de siglo. Este comentario forzó a Epi a hacer una distinción en su intervención entre una guía y un libro de viajes.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Para mí sorpresa, Juanmi mencionó en su discurso alguna de las preocupaciones económicas que subyacen en el libro. Por un momento, pensé que me iba a quedar sin nada que decir pero el principio de especialización es tenaz y pude hacer algo diferente. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><i>Aglomeración</i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El tema económico que elegí para comentar en la presentación de León sin prisa II fue el del despoblamiento rural. Creo que se trata de uno de los temas más repetidos a lo largo de los dos tomos. Epi y Fran llegan a un pueblo donde hay poca gente, muchas personas mayores y ningún niño. Generalmente, entablan conversación con un lugareño que les habla de un pasado mucho más brillante mientras se duele por la pérdida. Pero ¿Qué pérdida? Afortunadamente, al pueblo no se lo llevó una riada ni hubo un terremoto en el que las casas se derrumbaron encima de sus moradores. Al contrario, los habitantes pacífica y voluntariamente, buscando una vida mejor han ido abandonando el lugar. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Desde el punto de vista económico, uno puede quedarse con un análisis engañosamente convincente de la población y la despoblación. La actividad económica hace crecer la población cerca de los lugares donde se puede llevar a cabo. Por tanto, los pueblos estarían cerca de los recursos que permiten la actividad agraria, ganadera, minera, industrial o de servicios. La población de éstos crecería cuando crecen esas actividades y decrecería cuando decrecen. Este tipo de perogrullada que pasa por análisis económico es, en parte, responsable del mal nombre de la economía como actividad intelectual apasionante y relevante. Afortunadamente, las cosas son mucho más interesantes. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">No sería justo atribuir a <a href="http://www.amazon.com/Triumph-City-Greatest-Invention-Healthier/dp/159420277X">Ed Glaeser</a> la autoría de las ideas que expongo a continuación. Pero sí es justo atribuirle el juego de palabras, el recurso literario, que aclara por qué el análisis anterior es de una simplicidad exagerada. Ed Glaeser miró a la ciudad de Detroit y vio lo que todo el mundo puede ver: una ciudad que creció rápido con la industria automovilística y que decrece cuando ésta sufre una gran crisis. Pero también fue capaz de ver lo que no es tan evidente y lo plasmó en el título de un artículo de investigación. Para evitar una respuesta trivial no tituló el artículo ¿Por qué se reduce la población en Detroit? sino ¿Por qué demonios queda alguien viviendo en Detroit? Es decir, si el nacimiento de una actividad explica el nacimiento de una urbe su desaparición debería conducir a su declive irremediable. Pero casi nunca funciona de esa forma tan simple. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La actividad económica original atrae población pero la población atrae infraestructuras, instituciones y costumbres que son útiles para poder vivir allí con cierta independencia de la actividad económica dominante. Esta infraestructura, a veces física y a veces inmaterial, que se crea con la población es valiosa y se pierde si la despoblación es muy fuerte. Yo creo que todo el mundo lo entiende y esa es una de las fuentes de nuestro dolor cuando vemos un pueblo que languidece o desaparece. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Esta infraestructura física e inmaterial también parece ser la causa de que ante circunstancias parecidas unas poblaciones tengan un declive mucho mayor que otras. Al final de libro, Epi y Fran reflexionan sobre dos pueblos cercanos y similares cuyas fortunas parecen divergentes. Uno decae claramente mientras el otro se mantiene o crece. Parece que esa infraestructura creada por y para la vida en comunidad permite a algunos pueblos seguir adelante haciendo algo distinto de lo que fue la actividad económica ligada a su fundación y crecimiento original. Entender y promocionar esta infraestructura social parece ser la clave para una política de población.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">(*) <span class="Apple-style-span" style="color: red;">No pertenecemos al reducido círculo intelectual que presenta libros o da conferencias en la ciudad y áreas limítrofes. Sin embargo, las buenas críticas recibidas tras las dos últimas presentaciones nos animan a ofrecernos como grupo de animación en cualquier acto social para el que se nos requiera. Estamos pensando en bautizos, comuniones, bodas, entierros, separaciones, jubilaciones, congresos, etc. Es previsible que los actos culturales de tipo institucional se vean gravemente afectados por la crisis de las Cajas de Ahorro por lo que nosotros hemos decidido apostar por la cultura popular. </span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-69249251547522686842011-01-13T12:31:00.000+01:002011-01-13T12:31:45.938+01:00La libertad de fumar en espacios públicos cerrados y la de cebar cerdos en una urbanización de lujo<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Uno de los argumentos más falaces en contra de la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados es el del ataque a la libertad. La palabra libertad se usa sin pensar mucho en su significado. Siguiendo la línea editorial de la segunda etapa del blog me centraré en los aspectos económicos del problema. En concreto, en una de las piedras angulares de la libertad: la propiedad privada. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Se trata de una norma social que <b><i><u><span class="Apple-style-span" style="color: red;">restringe</span></u></i></b> el uso de un bien a todas las personas con la excepción de su propietario. Es decir, la tan laudada propiedad privada consiste en una restricción a la libertad de todos para mejorar el bienestar de una persona. Se puede demostrar que bajo ciertas condiciones aumenta el bienestar general.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Me gustaría jugar un poco con el concepto de libertad en este ámbito. Imaginemos que me compro un chalet de lujo en la urbanización La Finca en Madrid. En concreto, el que está situado entre el de Mourinho y el de Cristiano Ronaldo. A continuación, compro unos cientos de cerdos y me pongo a engordarlos en el jardín y en las amplias estancias del chalet usando aromáticos piensos. T</span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">odo el mundo se da cuenta de que las cosas no pueden ser así. Sin embargo, la situación se parece mucho a la restricción de uso del tabaco. Siempre se podría argumentar que el vivir en esa urbanización es una opción personal y que ellos pueden ir a vivir a otro sitio si quieren.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Si mi ejemplo parece exagerado se puede buscar información sobre el síndrome de Diógenes que consiste en que un vecino decide de forma voluntaria convertir su casa en un vertedero de basuras. La cosa suele solucionarse con una lenta, tibia y tardía acción judicial. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Para los que gusten de pensar en implicaciones más profundas del caso que estoy describiendo propongo la siguiente línea de ataque.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Paso 1. Compro una casa en una urbanización de lujo por 1 unidad monetaria.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Paso 2. Instalo el cebadero de cerdos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Paso 3. Un agente inmobiliario visita a los vecinos y les ofrece comprarlas por un décimo de una unidad monetaria.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Paso 3. Compro todas las viviendas por una décima parte de su valor, cierro el cebadero de cerdos y vendo las viviendas por una unidad monetaria. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Un punto interesante es que la ganancia del esquema aumenta con la virulencia de la molestia a los vecinos.</span><o:p></o:p></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-73322761891575698962011-01-04T12:15:00.001+01:002011-01-04T12:36:04.249+01:00Tres historias distintas y un único problema verdadero<div class="MsoNormal"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><b><i>Primera historia: si bebes no conduzcas</i></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Hay personas que aseguran que el alcohol no perjudica su capacidad para conducir un vehículo. Otra gente dice que la carretera está llena de peligros y que el alcohol sólo es uno más y ni siquiera el más importante. La persona que se toma una copa lo hace porque le gusta y no con la intención de provocar daños a otros. Pero el peligro existe. Por tanto</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">, las sociedades modernas han restringido la posibilidad de conducir tras haber ingerido alcohol. Han decidido coartar una libertad individual para elevar el nivel de seguridad colectiva.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><b><i>Segunda historia: ¿dónde puedo fumar?</i></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El fumador no enciende un cigarrillo para molestar a otros usuarios del mismo espacio. Sin embargo, lo hace. En consecuencia, s</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">e ha pasado de fumar en cualquier lugar a no poder fumar en casi ninguno. Se trata de nuevo de una restricción a la libertad individual buscando satisfacer un deseo colectivo.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><b><i>Tercera historia: probablemente el humo de los coches sea más dañino que el del tabaco</i></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El usuario de un automóvil lo usa para transportarse de forma cómoda no para intoxicar a los vecinos. No obstante, en alguna medida lo hace. C</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">ualquiera que haya pasado un rato en un local cerrado con un coche arrancado entenderá que el humo del coche es, en algunos aspectos, más dañino que el del tabaco. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En consecuencia, a día de hoy ya existen tímidas medidas que restringen la libertad de usar un vehículo: se prohíbe el uso del automóvil en diversos lugares y se regulan sus emisiones.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Estas tres historias distintas tienen en común un problema verdadero. A menudo consumimos bienes cuyo uso produce bienestar a la persona que los consume pero que no producen ni bienestar ni malestar a las personas que no lo consumen (un naranja). En cambio, existen otros bienes, cuyo consumo produce bienestar a la persona que toma la decisión de consumo pero malestar personas que no han tomado esa decisión (un cigarrillo en un restaurante).</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En el primer tipo de bienes la persona toma una decisión y se beneficia de ella sin perjuicio de terceros. Tendemos a creer que no habría tomado la decisión si los beneficios no excediesen los costes. En el segundo, una persona toma una decisión, se beneficia de ella pero otras sufren un daño. Suele ser el caso que la persona que toma la decisión no tiene en cuenta el daño que le produce a otras personas. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La manera obvia aunque no única de mejorar el problema es poner restricciones en el uso del bien que molesta a los que no han decidido consumirlo. Los partidarios de la libertad suelen poner el grito en el cielo ante tal restricción. Sin embargo, sus argumentos se basan en un concepto un tanto vago de libertad. Por ejemplo ¿Puedo consumir libremente manzanas? No del todo. Tengo que pagarlas. Es decir, hay una restricción al consumo que nadie discute. De hecho, siempre se podría poner un precio al consumo de tabaco en un lugar que fuese tan disuasorio como cualquier ley. Sería muy complicado, por supuesto. ¿Sería eso una limitación a la libertad? </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Una cuestión interesante es por qué la gente ve grandes diferencias entre las tres historias a pesar de tener un hilo conductor tan claro. Una razón son las consecuencias del mal generado. Los accidentes de tráfico son una realidad instantánea y palpable. Los efectos de los humos son más sutiles y a más largo plazo. Es posible que los humos de los coches sean más sutiles y tengan efectos a más largo plazo que los del tabaco por eso los intentos de regulación son timoratos. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Otra razón son los costes de implementación. Más o menos moderados en los casos de las prohibiciones de alcohol y tabaco, muy grandes en el tema del uso del automóvil. </span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-61317404895577385732010-12-03T19:54:00.004+01:002010-12-03T21:42:27.729+01:00Krugman propone una bajada de salarios<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Esta historia se repite cada poco. Paul Krugman menta a España en una charla o en su <a href="http://www.nytimes.com/2010/11/29/opinion/29krugman.html">columna del New York Times</a> y dice: la única salida a la crisis es la bajada de salarios. A continuación, un conjunto diverso de analistas se dedican a insultarle en los medios de comunicación. Yo creo que Krugman tiene razón y las críticas son débiles no ya desde un punto de vista económico sino incluso aritmético. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Lo que Krugman dice es muy simple. Si fabricas un chisme al día y éste se vende por 3000 pesetas tú puedes ganar 3000 pesetas al día. Si aparece un competidor que fabrica un chisme al día por 1500 pesetas tienes dos opciones: bajar tu sueldo a 1500 pesetas o producir dos chismes al día.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El primer hecho curioso es que se critique la bajada de sueldos como forma de recuperar la competitividad cuando es lo que se ha venido haciendo durante varios años ya. Los desempleados que logran un nuevo empleo lo hacen con una bajada del sueldo, muchas empresas privadas han tomado esa decisión y los empleados públicos hemos sufrido una bajada de salarios. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El segundo hecho curioso es que ni Krugman ni sus críticos españoles consideran factible fabricar dos chismes al día. Las opciones que he leído en los medios de comunicación españoles pasan por quitarle el Premio Nobel, impedir la entrada de competidores o pedir la dimisión del gobierno. De estas tres opciones, impedir la entrada de competidores es la que menos me gusta. A medio plazo, suele conducir a producir medio chisme en vez de uno. Si una vez se logra impedir la entrada de un competidor se puede hacer más veces. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Si se leyese con atención el argumento completo de Krugman se vería que hay una tercera pata: el tipo de cambio. Si produces un chisme por 3000 pesetas eso suponen 30 dólares (100 pesetas por dólar). Si aparece un competidor que produce un chisme a 15 dólares hay una opción distinta a bajar el salario o subir la productividad: subir el tipo de cambio a 200 pesetas por dólar. En ese caso, el chisme vuelve a costar 15 dólares y a ser competitivo. Para tranquilidad de todos, sin bajar los salarios y sin incrementar la productividad. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Krugman se lamenta de que España no tenga esta posibilidad desde su entrada en el euro. La idea de bajar los salarios no agrada a nadie y de este modo se evita hacerlo. Por otra parte, los cambios de paridad de las monedas son instantáneos mientras que las bajadas de salarios tardan mucho tiempo y están sujetas a grandes dificultades políticas y sociales.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Un detalle sutil es que el incremento del tipo de cambio de 100 a 200 pesetas hace que los bienes importados cuesten el doble. Por tanto, la capacidad de compra del salario ha disminuido instantáneamente. En otras palabras, parece que se trata de elegir una bajada de salarios a lo largo de varios años en un proceso lento, largo y doloroso o reducir su capacidad de compra en un instante por medio del tipo de cambio. El tipo de cambio parece ser el mecanismo que puede bajar el salario esquivando todos los procesos políticos y negociadores de un país.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La añoranza continua de un tipo de cambio variable que haga los ajustes de salario sin negociación parece un intento pueril de evitar el tema clave: la productividad. En otras palabras, se parece a tomar un analgésico para evitar un procedimiento médico curativo. </span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-11763816068864164092010-11-23T19:14:00.003+01:002010-11-24T06:47:19.045+01:00Salidas profesionales para economistas: sanidad<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El sector sanitario tiene un peso importante en los países desarrollados. Es razonable esperar que este peso crezca debido a que el cambio técnico permite tratar cada día más enfermedades, que la gente vive cada vez más años y tiene interés en vivir con mayor salud. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Sin embargo, este crecimiento no está exento de problemas económicos que suponen un auténtico reto académico y empresarial. A continuación voy a proponer una serie de ideas económicas sobre este sector que pretenden fomentar el debate y mostrar a mis alumnos algunos de los desafíos a los que se enfrenta. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Uno de los aspectos más apreciados de la sanidad española es su gratuidad. Es curioso, que se valore tanto una cualidad que no tiene. Los médicos son los profesionales mejor pagados del sector público, los medicamentos y el equipamiento no son nada baratos y sólo pensar en el coste de construir y gestionar un hotel con cientos de habitaciones da una idea de la carestía de la atención hospitalaria. Supongo que la idea que recoge el lenguaje popular es que no te cobran en el momento de proporcionar el servicio. Lo cual está muy bien porque los enfermos acuden al médico cuando lo necesitan y no más tarde cuando sería más caro o imposible curarles. Por otra parte, cobrar por cada servicio daría lugar a unas desigualdades de atención relacionadas con la renta que el público no acepta cuando se le muestran con esa crudeza. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La cara oscura de este sistema de pago es su parecido con un bar que no cobre por las bebidas en el momento de consumirlas sino al día siguiente cuando reparte la cuenta a partes iguales entre todos los clientes. Ese sistema haría que se bebiese un poco más de la cuenta, que algunos bebiesen mucho más de la cuenta y que todos nos quedásemos asombrados cuando llegase la factura. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Un efecto de este sistema de pago es la continua llamada a la contención de gasto. Para darse cuenta de lo extraño de la situación basta con pensar en una llamada del Ministro del ramo a la contención del gasto en transporte y hostelería durante el periodo vacacional. Con toda razón, habría una protesta por parte de los turistas y de los negocios que viven del turismo. Otra forma de darse cuenta de lo extraño de la preocupación por el gasto es la pregunta que el mortalmente enfermo económetra Zvi Griliches le hizo al economista de la salud David Cutler: ¿Qué te hace pensar que yo gasto demasiado en sanidad?</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Otra cuestión interesante es la demonización del sistema americano. Ese sistema es nefasto para los ciudadanos que se quedan fuera de él y para los contribuyentes que terminan pagando la atención sanitaria tardía de esas personas. Adicionalmente, crea incentivos perversos para que las personas eviten a toda costa quedar al margen. Por ejemplo, un cambio de trabajo sería impensable si existiese alguna posibilidad de perder la cobertura sanitaria. Pero hay dos características de ese sistema que nunca se mencionan:</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">1.<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Que muchos de nuestros conciudadanos acuden a él cuando falla el nuestro. El caso contrario es poco frecuente por no decir que nunca se ha dado.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">2.<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Que la innovación que mejora nuestra calidad y expectativas de vida llega de la mano de ese sistema que nos empeñamos en demonizar. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Finalizo analizando una propuesta reciente para reducir la demanda de servicios sanitarios: la factura. La idea básica es que una persona recibe una factura cada vez que va al médico o recibe un servicio sanitario. Supongo que habrá una teoría sicológica sobre los efectos de esa factura en el comportamiento de un enfermo. Desde el punto de vista económico no parece que vaya a afectar el comportamiento a menos que se exija su pago total o parcial. Sin embargo, la propuesta sugiere preguntas muy interesantes. Por ejemplo: quién calcula y cómo el montante de esa factura. La atención de unos minutos por parte de un médico, el uso de un edificio que cuesta mucho construir pero que dura décadas y no se gasta por mi presencia o el uso de un equipamiento caro pero que pude servir a millones de personas durante muchos años, etc. Supongo que la primera tentación es mandar facturas tan arbitrarias como desorbitadas. Lo cual sería un error doble. Si en algún momento se obligase a pagar esa factura la gente tomaría una decisión sobre su uso basada en un coste erróneo. Es como si yo no comiese naranjas porque pensase que cuestan a 200 euros el kilo. Por otra parte, si nunca se exige su pago tiene una consecuencia muy curiosa: podemos comparar esa factura con la que nos emitiría un proveedor privado. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><i><b><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Notas didácticas</span></span></b></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">1. El sector usa recursos escasos con usos alternativo. Algunos ejemplos serían el trabajo cualificado, los edificios, el equipamiento técnico o la información muy sofisticada. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Los costes vienen determinados por el uso de un recurso con un uso alternativo y no por la existencia de un desembolso monetario inmediato.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">2, Los precios sirven para regular el acceso a un recurso escaso. Cuanto más alto sea el precio más limitado será el acceso. La escasez no se elimina bajando el precio. La bajada de precio sólo elimina el papel del precio como regulador de la escasez. La escasez se elimina aumentando la cantidad del producto escaso. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">3. La preocupación del Ministro de Industria estaría justificada si el aumento del gasto en transporte y hostelería en las vacaciones se debiese a una subida de precios. En el sector turístico esperamos que la competencia entre proveedores limite esas subidas. Sin embargo, competencia es una palabra maldita en el sector sanitario y en otros servicios de provisión pública.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">4. Se menciona la dificultad de calcular costes cuando se usan activos fijos difícilmente divisibles. </span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-11351922495133461162010-10-01T09:45:00.006+02:002010-10-01T10:23:29.296+02:00El gobierno regional tira el dinero en lavadoras<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El petróleo se agotará en algún momento de este siglo y mis alumnos pueden ser testigos. Yo les invito a que piensen en ese día aciago. En el momento de repostar los cien litros de gasolina del todo terreno de dos toneladas que usan para ir al gimnasio. Si se concentran pueden escuchar los estertores del surtidor cuando trata de bombear el último litro de combustible. Supongo que mi amigo </span></span><a href="http://lasbecicletas.blogspot.com/"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Epi</span></span></a><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> puede hacer un corto con esta escena y los electores votar con ella en mente pero, económicamente, no tiene mucho sentido.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Bastante antes de que se agote físicamente, el petróleo será cada vez más difícil de extraer. En nuestras visitas a la gasolinera notaremos que el combustible es cada vez más caro. Los conductores buscarán alternativas como usar menos el automóvil (caminar en vez de ir al gimnasio), comprar vehículos más pequeños, que usen menos combustible y, finalmente, que usen otro tipo de combustible. La disponibilidad de ese tipo de vehículos es el desarrollo normal de una industria basada en empresas que quieren seguir vendiendo coches y consumidores que quieren usarlos a pesar de que los combustibles fósiles sean cada vez más caros. En resumen, el modelo económico básico sugiere un mundo en que los pozos de petróleo sean abandonados con una cantidad física más que razonable de materia prima en su interior. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Por cierto, si no estuviésemos tan entretenidos admirando las hogueras de neumáticos en las autovías radiales “gratuitas” y cantando emotivos himnos mineros nos sería más fácil reconocer estas características en el carbón. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El sábado pasado mi lavadora de once años se paró. En la tienda de electrodomésticos comprobé que las nuevas lavadoras no tenían un precio exagerado pero, sobre todo, gastan mucha menos electricidad. Una característica importante a la hora de tomar la decisión de repararla o retirarla. Pero los detalles más interesantes vienen a continuación:</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">1. Existe una subvención del gobierno regional de noventa euros para quien decida cambiar una lavadora vieja por una que ahorre energía. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">2. Esa subvención tiene un presupuesto asignado a principios de cada año y en este momento estaba agotada.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Es decir, salgo a hacer un recado y me encuentro al gobierno regional dando una subvención de dudosa utilidad, sin tener en cuenta las condiciones del ciudadano que las recibe y usando una cantidad arbitraria de dinero para ello. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La subvención ataca el problema por el lado equivocado, produce efectos que espantarían a los electores si los entendiesen pero, sobre todo, está diseñada sin pensar en el fondo del problema. </span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Lado equivocado del problema</span></i></span><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">.</span></span></i><br />
<i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"></span></span></i><br />
<i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><div class="MsoNormal" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; font-style: normal; text-align: justify;"><div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Con precios de electricidad crecientes los consumidores comprarán y las tiendas venderán modelos cada vez más eficientes sin necesidad de esa subvención. Los consumidores pueden hacer el cálculo y decidir si el ahorro en la factura eléctrica les compensa el coste de comprar un nuevo aparato en vez de reparar el viejo. El único problema es que el precio de la electricidad no recoja todos los costes. Por ejemplo, el coste ambiental. En ese caso, desde un punto de vista ambiental, se reparan más lavadoras anticuadas de las que sería deseable. Pero la solución es que el precio de la electricidad recoja esos costes y los consumidores tomen sus decisiones. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></div></div><div class="MsoNormal" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; font-style: normal; text-align: justify;"></div></span></i><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Efectos indeseables</span></i></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La subvención puede subir el precio de las lavadoras. Se ve con claridad cuando hay una única tienda vendiendo una única marca de lavadoras. Si los consumidores pagaban 300 ahora pueden pagar 390 sin problemas. El caso no es tan extremo en electrodoméstico pero existe alguna sospecha de que las subvenciones recientes a la compra de automóviles llevaron a subidas de precios.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></i><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"></span></span><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">D</span></span></i><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">iseño poco cuidadoso de la intervención</span></span></i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">.</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Voy a terminar este comentario reconociendo que quizás sí existe un problema en el proceso de renovación de bienes duraderos más eficientes en el uso de la energía. Aunque el precio de la energía recoja todos los costes de producción el consumidor se encuentra antes una tesitura complicada. Puede ahorrar cinco euros al mes con la nueva lavadora pero cuesta trescientos que quizás no tenga en este momento. El ahorro de energía le permitiría pagar los trescientos euros en cinco años más algún tiempo adicional para cubrir los intereses del préstamo. El problema es que no está claro que exista un crédito al consumo por esa cantidad y con esos pagos. Mucho menos un crédito que se le conceda a cualquiera que se le rompa la lavadora. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El caso es que yo veo una oportunidad a cuatro bandas. La primera para la entidad bancaria que sea capaz de pensar en ese tipo de crédito. La segunda para el fabricante de lavadoras que sea capaz de incorporarlo a su proceso de ventas. La tercera para la compañía distribuidora de electricidad que sea capaz de ligar ahorros en el recibo de la luz con pagos del crédito. La cuarta para el gobierno regional que reconozca que un programa de avales bancarios que reduzcan el coste financiero de la operación puede ser más barato, llegar a más contribuyentes y tener menos efectos indeseados que dar una subvención. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Los gobiernos deberían ser más reflexivos para que no se cumpla el dicho que se le atribuye a Ronald Reagan: si funciona ponle un impuesto, si sigue funcionando súbeselo y si deja de funcionar dale una subvención. </span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-73604372419423933152010-08-11T10:00:00.001+02:002010-08-11T10:08:15.653+02:00El conjuro<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">En UW-Madison tuve la oportunidad de conocer a varias personas que habían hecho todo el recorrido desde una choza en África al laboratorio de un Premio Nobel. Una combinación de talento, perseverancia y golpes de suerte más la obsesión americana por contar con personas especiales producen ese fenómeno. Supongo que es evidente que ese tipo de personas tiene una visión muy especial del mundo y que es un placer hablar con ellos de cualquier cosa.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Una de esas personas invitó a su madre a pasar un tiempo con él. En los primeros días de la estancia él sacó dinero de un cajero en una calle más bien oscura de Chicago. A partir de ese momento, su madre empezó a comportarse con una gran frialdad, apenas le hablaba y le hizo saber que la estancia iba a ser mucho más corta de lo planeado. Con mucha paciencia logró averiguar cuál era el problema. Su madre le dijo que no podía creer que él conociese un conjuro que permitía sacar dinero de las paredes y que no lo compartiese con ella y con el resto de la tribu. En resumen, él tenía la solución a todos sus problemas y por alguna razón inexplicable no la compartía. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Espero no tener que explicarle a ninguno de mis alumnos que él no tenía la solución de ningún problema. Este malentendido es de un nivel que hace que todos sonriamos con la anécdota. Pero quizás no lo deberíamos hacer porque somos víctimas de cientos de malentendidos como ese. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Vivo en una ciudad que está empezando a hacer las obras de un tranvía que cuesta unos 80 millones de euros. La cifra real es desconocida ya que el proyecto ha sufrido varios recortes pero el coste se ha incrementado con cada uno de ellos. El argumento básico a favor es que sale gratis. Podemos recorrer el país por autovías de costes asombrosos pero se dice que las autovías son gratis. Acudimos a médicos bastante bien pagados que usan equipamiento de coste astronómico pero decimos que el médico es gratis.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Yo me reí de la ocurrencia de la mujer africana porque estaba seguro de poder convencerla en unos minutos de que el cajero tenía una conexión mágica con la baldosa de casa bajo la que se guarda el dinero. No estoy seguro de poder hacer ese trabajo en varios años con los ciudadanos y menos con sus dirigentes. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Hace ya un tiempo, convencí con facilidad a mi hijo de que una máquina que pudiese imprimir lonchas de jamón sería más efectiva para solucionar el hambre que una máquina que imprima </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">billetes de cien euros. Al poco tiempo, subió escandalizado del parque porque los jubilados estaban considerando la posibilidad de la emisión ilimitada de dinero como solución a la crisis. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Estos jubilados son un caso de estudio sociológico. Son capaces de hacer asombrosas afirmaciones económicas favorables al gobierno de turno. Entiendo que la fuente de tales sinvergonzonerías es la televisión. Entre dos programas de telebasura o incluso dentro de alguno de ellos se van soltando esas consignas. Recuerdo una ya olvidada que decía que los inmigrantes habían venido a pagarnos las pensiones. La naturaleza internacional de la crisis es otra que siguen repitiendo. Alguna vez he intentado exponer mi punto de vista pero enseguida me tachan de antipatriota, de insolidario, etc.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Me he encontrado a personas con altas responsabilidades políticas y empresariales con ideas asombrosas sobre el dinero. La reacción suele ser violenta cuando les recomiendo la lectura de dos páginas de un libro divulgativo de Krugman de mediados de los años 90. No pueden creer que la cosa funcionen de esa manera tan sencilla y me replican que sería mejor que yo leyese El Capital, La Riqueza de las Naciones o Teoría General del empleo, el Interés y el Dinero. Es decir, yo les ofrezco dos páginas sencillas que podrían solucionar su problema para siempre y ellos tratan de enterrarme en miles de páginas de prosa compleja y contenido discutible. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">En resumen, yo sería más benevolente con la mujer africana dado que la mayoría de nuestros ciudadanos y dirigentes tienen una comprensión muy parecida de fenómenos sencillos que afectan a su bienestar presente y futuro. </span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-2469832544880328062010-05-07T13:03:00.009+02:002010-10-01T19:42:29.173+02:00El libro de Epi: León sin prisa.<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; line-height: 24px;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixka4xdHiuhWxM7v9luVfJ-zu2IMfl-0ugcJS0XPqoIUAFXl2xTbiAO8t6exLHSKvnDzNOLyZFSwDNANKSsyxeI_v5wJ9JCDmCp_ByVegKcdm0JWjvZBoT32fXXWoNoYvB5of_MrKIyGQ/s1600/libro+de+epi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixka4xdHiuhWxM7v9luVfJ-zu2IMfl-0ugcJS0XPqoIUAFXl2xTbiAO8t6exLHSKvnDzNOLyZFSwDNANKSsyxeI_v5wJ9JCDmCp_ByVegKcdm0JWjvZBoT32fXXWoNoYvB5of_MrKIyGQ/s320/libro+de+epi.jpg" /></a></div><div style="text-align: auto;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium; line-height: normal;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Hace unos días tuve el placer de intervenir en el acto de presentación del libro León sin Prisa de mi amigo, estudiante y maestro Epi. La primera sorpresa llegó unas semanas antes cuando observé los títulos que me otorgaba la tarjeta de presentación del evento en El Corte Inglés: profesor de Teoría Económica y escritor.</span></span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></span></div><div style="text-align: auto;"><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFULLutgUMlY9VS-kK9-FuSOmhTXbCLOp09O3Xp5ClyOXI8jNwEnzYFt9wdexT-XfrXptsTqNMm-6QnEmTsbd-jd1mYJX-M0FmRCDeNfh8mwDHE2-X3VgAAvlPOf5lmDQFVHMmekF0RoE/s1600/Presentaci%C3%B3n.bmp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="159" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFULLutgUMlY9VS-kK9-FuSOmhTXbCLOp09O3Xp5ClyOXI8jNwEnzYFt9wdexT-XfrXptsTqNMm-6QnEmTsbd-jd1mYJX-M0FmRCDeNfh8mwDHE2-X3VgAAvlPOf5lmDQFVHMmekF0RoE/s320/Presentaci%C3%B3n.bmp" width="320" /></a></div><span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span> </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El caso es que no me gustan los títulos en general y, en particular, no creo que estos sirvan para definir mis capacidades o intereses. Por un lado, cualquiera que lea este blog será consciente de mis limitaciones como escritor. Me gusta mucho intercambiar ideas y escribir es una manera eficiente de hacerlo pero ahí se queda la cosa. Tampoco me gusta el título de Profesor. Es un título académico que implica que me pagan por hacer cosas por las que yo debería pagar. Entre ellas, poder pensar libremente sobre temas económicos y tener el privilegio de trabajar a diario con personas jóvenes, inteligentes y trabajadoras. Sin embargo, prefiero pensar en mí como instructor de Teoría Económica. De Teoría Económica porque yo creo que no hay nada más práctico que una buena teoría. Instructor porque es el adjetivo con el que se designa al encargado de un curso en el catálogo de algunas grandes universidades. Tú tienes el título y el salario que hayan tenido a bien otorgarte pero cuando llega la hora de la verdad eres lo que eres: un instructor. Otra palabra que usan mucho los americanos y que a mí me entusiasma es entrenamiento (training). Indica que la enseñanza va más allá de leer (lecture) o memorizar unos contenidos y consiste en hacer determinadas actividades que mejoren tus habilidades. Yo creo firmemente que todo se puede entrenar y Epi, el protagonista de esta entrada, afirma que: “no hay nada que dé más suerte que entrenar mucho”.</span></span></span></div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"></span></span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: medium; line-height: normal;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: medium; line-height: normal;"><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Antes dije que Epi había sido mi estudiante porque que tuve la suerte de dirigir su trabajo de doctorado en el que usábamos modelos básicos de teoría económica y análisis empírico para entender un poco mejor el crecimiento de la ciudad de León asociado al declive de la provincia. En ese ámbito, a mí me tocaba ayudar a elegir cauces conocidos por lo que sus ideas pudiesen fluir con seguridad. Dije también que él ha sido mi maestro porque su curiosidad, energía y su intensa vida han sido una fuente de aprendizaje para mí. Por tanto, considero un privilegio el haber escuchado sus opiniones sobre múltiples cuestiones adornadas de vivencias en distintos lugares: el pueblo en la montaña, la escuela de maestros (normal), la ciudad de León, Bilbao, la facultad de Económicas de Sarriko, Londres, la universidad en Londres, etc.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEr0MDRrWu1ahpkdxlVNMgILGGWyByg36BSWac8qEANCG0PNSX3-UPgmxWxAFnNRmkeu6qMASrGc-RCDiSZw3i4o-SOaVENbMkMumGRFx4UZY7CMzwZcNo6CO-4_grN3ea6QD75vBdLuU/s1600/epi1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEr0MDRrWu1ahpkdxlVNMgILGGWyByg36BSWac8qEANCG0PNSX3-UPgmxWxAFnNRmkeu6qMASrGc-RCDiSZw3i4o-SOaVENbMkMumGRFx4UZY7CMzwZcNo6CO-4_grN3ea6QD75vBdLuU/s320/epi1.JPG" width="320" /></a></div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Pues en esas estábamos. Me tocaba subir al estrado en una presentación de un libro en calidad de escritor y acompañando a dos escritores de verdad: Juanmi Alonso y Juan Carlos Pajares. Intenté rechazar educadamente la invitación pero Epi me dijo que le gustaría que estuviese como contrapunto y como representante de la parte de su vida ligada a la investigación universitaria y a la enseñanza de la Economía. Acepté y tardé poco en darme cuenta de que podía hacerlo si evitaba actuar como el escritor que no soy e intentaba dar la opinión honesta del lector que sí soy. Adicionalmente, tras muchos años de entrenamiento no puedo dejar de ver todo el proceso en términos económicos y pronto se me ocurrió un comentario en tal sentido.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La opinión del lector que soy sobre el libro es muy positiva ya que ha heredado lo mejor de su autor: la curiosidad, la energía, la laboriosidad, la cultura, la profesionalidad, el rigor o la capacidad de análisis. Es importante darse cuenta de que el autor podría tener esas cualidades y, sin embargo, ser incapaz de trasmitirlas a una cuartilla en blanco. Para la mayor parte de los mortales suele ser un ejercicio de humildad tratar de escribir la más simple de las ideas o sentimientos. A partir de ahí, se puede empezar a entender lo que significa escribir unos cientos de páginas describiendo lugares, gentes, historias y sentimientos en un viaje alrededor de la mitad de la provincia de León. En ese sentido, Epi ha hecho un gran trabajo escribiendo un volumen amplio, lleno de contenido pero que es ameno, que fluye y que deja al lector con ganas de retomar la lectura. Un detalle que agradezco mucho es que nunca se ha sentido en la necesidad de demostrar que es un gran escritor. No ha caído en la tentación de escribir una página recargada en la que se deja de lado el tema principal del libro para recrearse en una suerte de demostración de dominio del lenguaje. Creo que con demasiada frecuencia grandes autores sucumben a esta tentación.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El libro puede ser utilizado a día de hoy para viajar mentalmente junto a Epi desde el sofá o para viajar realmente, equipado con una más que completa guía de viaje. Por otra parte, la calidad del material y la buena escritura hace que no se pueda descartar que un día su libro pueda considerarse como una buena referencia para conocer la provincia en el inicio de siglo.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Finalizo esta entrada con el comentario económico que se me ocurrió en cuanto tuve el libro en mis manos. Los libros son objetos fundamentales en el proceso de crecimiento económico y en el bienestar asociado a él del que disfrutamos. El núcleo central de la Economía no es el dinero, ni el empleo, ni el consumo aunque todos ellos son temas de gran importancia. El elemento unificador de todos estos y muchos más temas es la escasez. Una cosa curiosa es que es difícil convencer a los estudiantes y al público en general de este aspecto ya que en notorias ocasiones parece que más que a un tema de escasez nos enfrentamos a un problema de reparto desigual. Por eso es importante recurrir a un objeto en el que la escasez es notoria y distribuida con bastante equidad: el tiempo. Los días tienen veinticuatro horas para todo el mundo y los más afortunados tienen unas pocas décadas para disfrutar de los días. Si Epi hubiese dedicado un montón de horas a departir con un reducido grupo de amigos podría haberles transmitido parte de las ideas que hay en el libro. Pero si quisiera hacer lo mismo con un segundo grupo de amigos tendría que volver a emplear un montón de horas. Sus horas son escasas y tienen que ser dedicadas a un buen número de actividades. Sin embargo, al escribir un libro las horas que usó para escribirlo sirven para un lector o para un millón. Es decir, el libro multiplica automáticamente el número de horas que Epi dedicó a escribir el libro por el número de lectores. De este modo, uno puede ir a la biblioteca pública, pedir prestado un libro de, por ejemplo, Newton y compartir con él unas horas. A pesar de que su tiempo en este mundo fue escaso y se agotó hace varios siglos. La transmisión de ideas, sobre todo si es por métodos tan eficientes como la escritura, multiplica casi indefinidamente algo muy escaso como es el tiempo de las personas con talento. Esta circunstancia es lo más cerca que los procesos productivos han llegado a la bíblica “multiplicación de los panes y los peces” y es una parte fundamental de nuestro progreso y bienestar creciente al eliminar la escasez de algo tan importante como son las ideas.</span></span></div></span></div></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-72342599231904877022010-03-16T13:05:00.003+01:002010-10-02T07:58:03.773+02:00ACCIONA puede ahorrar pero el sistema público de salud no puede<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Hace unos días, cuando entraba apresuradamente en la Facultad por la puerta lateral, observé a dos trabajadores del servicio de jardines del ayuntamiento manejando un compresor y una carretilla de obra. El hecho de que la ropa de trabajo de los empleados llevase el anagrama de una empresa privada (</span><a href="http://www.acciona.es/"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">ACCIONA</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">) me hubiese permitido escribir esta entrada aunque no con la misma efectividad. Pero el detalle me pasó totalmente desapercibido, como al resto de los ciudadanos de León. Tras una pequeña batalla política cuando se tomó la decisión ya nadie se fija en los operarios de jardines. Quizás por eso, en vez de al anagrama de ACCIONA mis ojos fueron derechos al anagrama del compresor: </span><a href="http://www.gamalquiler.es/"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">GAM</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">. <o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La empresa GAM nunca me pasa desapercibida por dos razones. La primera es de tipo personal. Yo conocí a Pedro Luis, el Presidente de GAM, cuando estudiaba en Oviedo y todavía coincidimos de vez en cuando en actos académicos. La segunda razón es porque GAM es una exitosa idea empresarial con importantes fundamentos económicos. De hecho, su modelo de negocio es pura teoría económica de la producción. <o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Es este tema de la teoría de la producción el que me interesa analizar. En principio, ACCIONA o yo mismo podemos comprar un compresor. ¿Por qué me interesa entonces alquilarlo a GAM en vez de comprarlo?<o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Se me ocurren dos razones que analizo con detalle más abajo:<o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">1. Puede que salga más barato alquilar que comprar incluso cuando lo uso todo el tiempo.<o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">2. Puedo alquilarlo sólo cuando lo necesite. <o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">1. ¿Por qué puede salir más barato alquila un compresor a GAM que comprarlo?</span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">a. Por la propia estructura del negocio, GAM compra a mayor escala a la que comprarían las empresas a las que alquila. Por tanto, puede comprar a mejor precio. </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">b. Los costes fijos de mantenimiento y gestión puede repartirlos entre más maquinaria que cualquiera de las empresas que le alquilan el equipamiento.</span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">c. Puede gestionar los tiempos muertos de la maquinaria al combinar las operaciones de las numerosas empresas a las que alquila. Los tiempos muertos de las diferentes empresas no tienen porque coincidir y se pueden conseguir más horas de funcionamiento por cada máquina.</span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">2. Alquilar solamente el tiempo que necesite la maquinaria<o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Adicionalmente a los ahorros que consigue GAM, alquilar el equipamiento sólo durante el tiempo que lo use me permite gestionar cambios en mi demanda como empresa. Es decir, yo transfiero mi riesgo particular de caída de mi demanda a GAM que lo gestiona alquilando ese equipamiento a otra empresa que no haya tenido la caída de demanda que yo he tenido. <o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Hasta ahora he descrito las razones por las que puede ser interesante alquilar una pieza de maquinaria en vez de comprarla. Básicamente, GAM puede hacer esa operación con gran eficiencia. Sin embargo, el tema de la gestión de riesgos de demanda individuales empieza a mostrar el talón de Aquiles del modelo de negocio de GAM. Si yo sufro una caída de demanda devuelvo la maquinaria a GAM y ellos se la alquilan a otra empresa que no haya tenido el mismo problema. Sin embargo, cuando la caída de la demanda es generalizada todas las empresas van a devolver la maquinaria al mismo tiempo y no hay gestión posible. Sólo queda aceptar la pérdida. De hecho, sospecho que esta es la circunstancia económica adversa que vive actualmente GAM con la parada de actividad en el sector de la construcción. <o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La enseñanza general es que una empresa como ACCIONA puede tener buenas razones para externalizar una actividad dentro de su proceso productivo. Es decir, alquilar la maquinaria en vez de tener un departamento de maquinaria, talleres, mecánicos, etc. Esta idea me llevó a terminar esta presentación a los alumnos preguntando si deberíamos privatizar la sanidad. La respuesta fue una negativa unánime que yo comparto con algún matiz. Pero entonces pregunté si se podría externalizar (encargar a laboratorios privados) los análisis clínicos. Mi experiencia indica que proporcionan resultados en el día a un coste de unos pocos euros mientras en la Seguridad Social puedes esperar más de una semana y el coste es desconocido. La respuesta volvió a ser negativa pero esta vez pregunté ¿Por qué ACCIONA puede externalizar una operación y el sistema de salud no puede? ¿Sobra el dinero en el sistema de salud? ¿No importan los costes? </span></span></span><o:p></o:p></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-21427121782762088812010-03-08T19:27:00.002+01:002010-10-02T07:59:01.532+02:00La sorprendente idea de Robert Solow<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">No voy a usar muchas palabras para explicar por qué es importante el crecimiento económico. Un crecimiento de un tres por ciento de la renta per cápita durante veinticinco años (una generación) puede duplicar el nivel de vida de una población. Este resultado por si solo llevó a Robert Lucas a afirmar que una vez que se empieza a pensar en este tema es difícil pensar en otra cosa. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Estos días estamos en clase intentando entender el modelo que Robert Solow propuso en 1957 para explicar los rudimentos del crecimiento económico. Si tuviese que resumir en una frase el modelo de Solow diría: no describe con gran precisión la causa del crecimiento económico pero sí muestra con claridad que una variable clave no es la causa y seguro que te sorprenderá saber de qué se trata. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Una de las primeras preguntas que hago a los alumnos es cuál creen que es la variable básica que explica el crecimiento económico. No tardo mucho en obtener la respuesta que necesito: la inversión. Se trata de una respuesta que está en la mente de todos y que es intuitivamente atractiva. Por una parte, tenemos gente que quiere trabajar y si un proceso de inversión consigue máquinas, factorías e infraestructuras para ellos podrán producir más bienes y servicios. Es decir, será posible crecer. El modelo de Solow muestra con claridad que la inversión no puede explicar el crecimiento. Con esta simple y contundente afirmación creo haber conseguido varios objetivos: confundir a mis lectores y ponerlos en guardia ante tan extraño giro del artículo.</span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">A continuación, voy a intentar proporcionar un par de ejemplos parecidos al de la inversión a ver si suavizo la posición del lector más escéptico. Empiezo con uno fácil pero atractivo para la mayor parte de la población: ¿Cuál es la explicación de la estatura de Paul Gasol? </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El equivalente a la inversión en este ejemplo sería la alimentación. Es un tema complicado porque es cierto que Gasol tuvo que comer mucho y bien para llegar a ser tan alto. Al mismo tiempo, es cierto que sí no hubiese comido tanto y tan bien su estatura hubiese sido menor. Pero todos sabemos que la misma alimentación en otra persona no hubiese conseguido la misma estatura. Es decir, todos entendemos que la genética es la explicación y la alimentación es algo que va paralelo al crecimiento pero no causa el crecimiento. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Del mismo modo, la inversión va paralela al crecimiento, no puede haber crecimiento sin inversión, se puede parar el crecimiento si se detiene la inversión pero, por otra parte, se puede invertir mucho sin lograr crecer gran cosa.</span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Paso al segundo ejemplo deportivo. He observado un inquietante patrón que afecta a los futbolistas de élite en nuestro país. Llegan con una fama increíble, se ponen a anunciar natillas en la televisión, suben de peso hasta que tienen dificultad para moverse y son despedidos. Ahora, imagina que trabajas como preparador físico en un equipo y observas que un jugador con gran talento ha ganado peso y ha perdido forma física. Volver a este jugador a su nivel de juego habitual es cuestión de alimentación y entrenamiento. Este procedimiento es distinto a aplicarle la misma dieta y programa de entrenamiento a un jugador sin talento. Es decir, hay algo misterioso detrás de ser un buen jugador que no está relacionado con la alimentación y el entrenamiento a pesar de que no se puede ser un buen jugador sin una correcta alimentación y entrenamiento.</span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El fenómeno que he tratado de describir es muy frecuente en ciencias sociales. Dos cosas ocurren al mismo tiempo y es fácil pensar que una causa a la otra cuando en realidad las dos son causadas por una tercera fuerza quizás no tan fácil de determinar. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">¿Por qué juegan la alimentación y la inversión papeles parecidos? Básicamente, porque el efecto de ambas no es lineal. La primera ración de comida para un hambriento es mucho más importante que la segunda, ésta más que la tercera, etc. En la inversión, un ordenador es un gran avance aunque haya que compartirlo en clase entre 10 personas. Si son cinco personas las que lo comparten estamos mejor, dos es mejor, y mejor todavía uno por cabeza. Pero los cambios de productividad son cada vez más pequeños. Por ejemplo, tener dos ordenadores per cápita seguro que mejora las cosas que podemos hacer pero no tanto como la mejora que ocurre al pasar de no tener ningún ordenador a poder compartirlo entre diez. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El modelo de Solow determina de forma matemática que la inversión acompaña al crecimiento pero no es su causa. ¿Apunta el modelo alguna causa básica del crecimiento económico? Sugiere un elemento genérico cuyos detalles no discute: la tecnología entendida como saber hacer. En el ejemplo del ordenador está claro que la caída de la productividad de los ordenadores a medida que tenemos más se puede reducir si pensamos en hacer con ellos cosas más distintas o innovadoras. </span></span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-76964905155891692492010-02-21T09:19:00.004+01:002010-10-02T08:00:06.475+02:00Una entrada a favor del mercado con la que está cayendo.<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Mañana comienza el curso de </span><a href="http://www3.unileon.es/personal/wwdeecas/clasesW/crecW/CREC.html"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Crecimiento Económico</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> que imparto en el segundo cuatrimestre en la Universidad de León desde hace diez años. En los dos años anteriores a estos diez, hice algo parecido en Oviedo dentro de la asignatura de Macroeconomía Avanzada II. Supongo que mucha gente piensa que soy muy raro pero yo creo que simplemente soy afortunado. Estoy deseando ir a trabajar mañana. Especialmente, porque por la mañana continuamos con el curso anual de </span><a href="http://www3.unileon.es/personal/wwdeecas/clasesW/microW/micro.html"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Microeconomía</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">. Mañana toca hablar del modelo de Competencia Perfecta. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Obviamente, un mar separa la pasión que yo siento por el tema de la indiferencia de la mayor parte de la población. En mi madurez he tratado de que mis alumnos sientan un poco más de esta pasión y un poco menos de aquella indiferencia. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">En los últimos días de septiembre uso el truco del </span><a href="http://www.youtube.com/watch?v=n4cZ64HuP7Q"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">lápiz de Friedman</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> para motivar a mis alumnos. Un simple lápiz de mi escritorio contiene una labor de coordinación inmensa (madera, mina, pintura, transporte y miles de pequeñas tareas) y, curiosamente, a un coste ridículo. Aunque yo uso unos lápices muy caros supongo que se pueden comprar otros por unos pocos céntimos de euro. En mis </span><a href="http://www3.unileon.es/personal/wwdeecas/clasesW/microW/micro_tema1.pdf"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">notas personales</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> que </span><a href="http://www3.unileon.es/personal/wwdeecas/"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">comparto en internet con mis alumnos</span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"> he cambiado el ejemplo de Friedman por el simple hecho de ir a tomar café a la lamentable cafetería universitaria. El café que te sirven supone una ingente labor de coordinación que implica a agricultores colombianos, a transportistas, a empresarios leoneses, a agricultores del páramo leonés, a camareros ecuatorianos, a fabricantes de loza chinos, etc. No suelo ir muy a menudo pero sospecho que cuesta menos de un euro. Tratar de entender ese misterio debería ser suficiente motivación para un alumno. Sobretodo, si se entiende que el mercado, en el que todos participamos, es un fantástico instrumento de coordinación al que debemos gran parte de nuestro bienestar y alguno de nuestros problemas.</span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Por este motivo, me entristece la actitud de los políticos con respecto a este tema. Me da tanta pena cuando un político lo propone como solución cuando el libro introductorio dice que no lo es como cuando otro lo usa como excusa para su incompetencia. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Para mí el mercado es como un río. Produce grandes beneficios y algún disgusto. Se conoce su funcionamiento a grandes rasgos pero se ignoran cosas importantes. Se puede regular pero hay que tener cuidado para que la regulación no lo seque. En resumen, es tu responsabilidad entender su dinámica para aprovechar los beneficios y limitar los problemas. En ese contexto, sería pueril acusarle de las cosas malas y tratar de castigarle por ello. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">De hecho, el ejemplo del lápiz y del café es parte de la respuesta a una pregunta que flota en el aire en nuestro país en este periodo de crisis. ¿Qué sector o actividad creará los puestos de trabajo que nos sacarán de la crisis?</span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Si le preguntas al Presidente del Gobierno te dirá que eso lo decidirán tres lumbreras que ha nombrado para una comisión que gestionará un pacto. Si le preguntas al Jefe de la Oposición se callará y como mucho mencionará un oscuro recorte de impuestos y gasto público. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Si le preguntas a un pobre hombre como yo te dirá que no tiene ni idea. No sabe qué sector o actividad emergerá de esta crisis del mismo modo que no sabe fabricar lápices ni hacer café. Este último punto hay que matizarlo. En mi escritorio hay una taza de café gourmet que me he preparado con una cafetera italiana. Pero yo no he cultivado el café, no lo he transportado, no lo he comprado, no lo he mezclado, ni lo he molido. De hecho, mi madre lo compra y mi padre lo mezcla y lo muele. Del mismo modo, no tengo ni idea de cómo se consigue que el Carrefour esté lleno de productos tan variados. Sólo sé que es el resultado del esfuerzo conjunto de millones de personas que tratan de hacer un servicio a otros y que intercambian por otros productos o servicios que ellos no pueden hacer. Por tanto, la solución a la crisis vendrá por el mimo a las fuerzas de mercado sin llegar a su adoración. El libro introductorio dice que hay cosas que el mercado no puede hacer o que no sabemos regularlo para que las haga. Por ejemplo, la distribución de la renta. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Si habéis leído con atención, esta afirmación les da la razón parcialmente al presidente del gobierno y al jefe de la oposición. El presidente insiste en que la crisis no puede afectar en exceso a los más desfavorecidos y yo le doy la razón en tanto en cuanto reconozco que las soluciones de mercado no son aceptables desde el punto de vista de la distribución. El jefe de la oposición pide una bajada de impuestos y una reducción de gasto. La reducción de gasto no tiene porque afectar a la ayuda a los más desfavorecidos. Supongo que puede afectar a otras partidas. Por tanto, su propuesta se puede ver como un intento de que las actividades privadas tengan un mayor papel en proporcionar una solución a una incógnita para la que yo no tengo una respuesta. Al mismo tiempo, me tiemblan las piernas pensando en la solución que van a dar las tres o cuatro lumbreras que están diseñando el pacto. </span></span></span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-24223189772966152972010-01-25T13:19:00.001+01:002010-01-25T13:20:35.660+01:00Subvencionando aerolíneas.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Los periódicos asturianos han publicado que Air Europa pondrá tres vuelos diarios de Madrid a Asturias a partir del próximo mes de junio. No he visto la cifra en ningún sitio pero se entiende que el gobierno regional va a subvencionar estos viajes con un acuerdo publicitario con la aerolínea. Esta noticia constituye un gran ejercicio para mis alumnos que, cuando vuelvan de sus exámenes de febrero, tendrán que estudiar qué pasa cuando en un mercado hay muchos operadores, unos pocos o sólo uno. </span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">El acuerdo no es ni mucho menos insólito en el ámbito europeo pero es difícil de racionalizar con un modelo económico en la mano. Trato de explicarme.</span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Si Iberia es el único operador en esta ruta puede comportarse como un monopolio. En general subirá los precios hasta que subirlos una unidad más bajaría los viajeros tanto que reduciría los beneficios. Si entra una segunda aerolínea en la ruta los precios tienen que bajar. De otro modo, ¿cómo iban a convencer a nuevos viajeros para subir a los nuevos asientos disponibles? Al bajar los precios disminuiría la suma de los beneficios de ambas líneas aéreas. No pueden ganar más entre las dos con precios más bajos porque sino esa estrategia de bajada de precios ya habría sido implementado por Iberia cuando estaba sola en el mercado. Estos beneficios se distribuirán entre las dos dependiendo de sus respectivas cuotas de mercado pero podrían fácilmente llegar a ser menos de la mitad de los que tenía la aerolínea monopolista originalmente. </span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;"><br />
</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Los beneficios de cada aerolínea cuando operan las dos pueden no ser suficientes para que entre una segunda aerolínea. Esa parece que es la situación en Asturias donde ninguna aerolínea parecía interesada en entrar en el mercado. De hecho, otra aerolínea había abandonado ese mercado hace unos meses. </span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;"><br />
</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">En ese punto, entra el gobierno regional y pone encima de la mesa el dinero que hace que la segunda línea aérea entre a operar en esa ruta. Ahora supongamos por un momento que las dos líneas aéreas son parecidas. Resulta que la Iberia (sin subvención) estaría ahora en la posición de la aerolínea que no consideraba suficiente el beneficio para entrar a operar en la ruta. ¿Por qué no deja de operar? ¿Por qué no protesta vehemente por la subvención a una competidora que la pone a ella en una difícil situación?</span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;"><br />
</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Una respuesta podría ser que el supuesto de igualdad de las dos líneas aéreas es falso. Podría ser que Iberia tuviese alguna característica que le hiciese ser capaz de operar satisfactoriamente sin subvención en presencia de un competidor subvencionado. La razón podría ser que Iberia está mucho mejor gestionada o tiene una estructura más favorable para operar vuelos. En ese caso, Iberia debería protestar por la subvención a un competidor peor gestionado o con una estructura empresarial menos eficiente.</span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;"><br />
</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">La subvención tendría sentido en el siguiente contexto. Iberia podría haber estado jugando a la depredación de precios. Cada vez que un competidor trata de entrar en la ruta, usa su músculo financiero para bajar los precios hasta límites que el competidor no puede soportar. En este caso, la subvención puede hacer que la bajada de precios fuese mucho más difícil para Iberia. Sin embargo, ¿No existen instrumentos legales para evitar la práctica de bajar los precios para que no entre un competidor? </span></span><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-68644304069294304772010-01-22T16:03:00.002+01:002010-01-22T17:38:01.010+01:00¿Qué opinan los distribuidores de bebidas de la prohibición de fumar en los bares?<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">La Ministra de Sanidad ha anunciado un endurecimiento de la ley del tabaco. Supongo, que la idea que sopesa es la prohibición total de fumar en espacios públicos cerrados. La medida afectaría principalmente a los bares. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Treinta segundos tras el anuncio de la Ministra sale el representante de los hosteleros diciendo que esa ley será la ruina del sector con unas pérdidas de tropocientos millones de euros, el cierre de todos los bares y la pérdida de empleo asociada. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">En este punto ya no estamos en discusiones filosóficas sobre la pérdida de libertad sino en el ámbito del análisis empírico de la economía en la que he tenido la fortuna de ser entrenado y el privilegio de trabajar. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Siempre me pregunto qué técnica econométrica usarán para hacer estas estimaciones. A estas alturas, estoy convencido de que usan el estimador de los cinco dígitos basculantes que me enseño mi antiguo alumno y muy querido amigo Rubén. Se trata simplemente de extender la mano con la palma hacia abajo y girarla de derecha a izquierda. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">¿Cuál sería la metodología adecuada para estimar las pérdidas asociadas a la prohibición?</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">El libro "<a href="http://www.mostlyharmlesseconometrics.com/">Mostly Harmless Econometrics</a>" describe una manera interesante de enfrentarse a este tipo de preguntas. Los autores proponen pensar en el experimento ideal que te permitiría estimar esta pérdida. En mi opinión, el experimento ideal sería meter en una bolsa unas fichas con el nombre de cada provincia española. A continuación, una mano inocente extrae la mitad de las fichas. En las provincias que se han extraído se prohíbe fumar y en el resto se quedan como están. A continuación, se sortean una serie de bares en todo el país y se comienzan a monitorizar con detalle: clientes, ventas, etc. La comparación de medias entre los bares que están en provincias que no se fuma y las que se fuma nos daría la respuesta exacta sobre los efectos de la prohibición. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Obviamente, el experimento ideal suele ser imposible. Pero si no existe el experimento ideal lo que es imposible es lograr una estimación. Se trata de una cuestión fundamentalmente no identificada (FUQs en sus siglas en inglés) y no importa las técnicas que uses, los datos de que dispongas o lo listo que seas. No es una mala manera de pensar para evitar respuestas falsas a preguntas imposibles escondidas bajo una gran sofisticación matemática y técnica. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Puesto que el experimento ideal es imposible ¿qué tipo de técnicas se podrían aplicar? Se podrían mirar los datos de bares el mes antes y el mes despues de la implantación de la ley. Habría que tener en cuenta que la ley puede tener algún efecto temporal que se difumine en el tiempo. Este problema se resolvería midiendo la asistencia y gasto a bares durante un año antes y un año después de la entrada en vigor de la norma.</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">A diferencia del método ideal pero no factible, este método tiene diversos problemas. Por ejemplo, si estamos en una recesión puede que el primer año fuese mejor que el segundo y se atribuyese erróneamente la pérdida por la recesión a la prohibición. El caso contrario es posible. Si se está saliendo de una recesión el segundo año es mejor que el primero y se atribuye los mejores resultados a la prohibición. Este problema podría ser resuelto incluyendo en el modelo una variable que tengan en cuenta el paso del tiempo y pueda limpiar el efecto del ciclo económico. </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Una de las cosas más fascinantes de los modelos económicos (teóricos o empíricos) es que sabes dónde empiezas pero no dónde terminas. El analista construye el modelo pero el modelo da más respuestas de las que inicialmente se buscan. Por ejemplo, cuando estaba pensando en este tema empecé a preocuparme por la fiabilidad de las cuentas de los bares, sus incentivos a mentir en las cuentas, etc. Entonces pensé que quizás no debería encuestar bares sino distribuidores de bebidas (café, agua y refrescos, cerveza, vino y licores). </span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Estos datos serían más fáciles de conseguir y más fiables. La pregunta es simplemente si Coca-Cola notó en sus cuentas en Irlanda o Italia el inicio de la prohibición o cuál fue el efecto en sus cuentas tras haber transcurrido un año.</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Yo no conozco la respuesta a la pregunta ni sé si se ha hecho este estudio pero tengo una sospecha. Hasta el día de hoy he oído a los hosteleros protestar vehementemente por la prohibición de fumar. Sin embargo, nunca he oído protestar a los distribuidores de bebidas. Mi primera hipótesis es que no hay tal pérdida porque no hay tal protesta. ¿Cómo se puede interpretar entonces la protesta de los hosteleros? Mi hipótesis es que protestan por lo que pueden protestar que es la pérdida de recaudación pero su preocupación es otra. En concreto, creo que su problema real es convertirse en gendarmes sin pistola. Es una ley de difícil cumplimiento y ellos están en el campo de batalla sin armas. Los clientes no les harán caso y el gobierno les multará. Ellos no quieren esa posición que sí tiene un coste para ellos y no el aumento o la diminución de recaudación. Si mi hipótesis fuese cierta, la búsqueda de consensos para la ley debería tenerla en cuenta.</span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;">Un último comentario que muestra el poder de la modelización. El solo hecho de escribir la lista de productos que se vende en hostelería (café, agua y refrescos, cerveza, vino y licores) sugiere que no todos se van a comportar igual con la prohibición. Algunos de estos productos van muy unidos al consumo de tabaco (café y licor) mientras otros casi son antagonistas (vino de calidad). Otro tema que se podría analizar. <span style="font-size: medium;"> </span></span><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-17273253500032753882010-01-18T17:41:00.003+01:002010-01-18T17:43:08.208+01:00Cajas negras<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Siempre me han interesado las cajas negras. Es decir, aquellos objetos o fenómenos en que está claro qué cosas entran y sale</span><span style="font-size: x-large;">n pero no qué pasa dentro. Trabajamos con multitud de cajas negras. Dentro del ordenador en que escribo ocurren multitud de fenómenos que no entiendo. Desde el punto de vista económico, quizás sea una buena idea que no los entienda. Me llevaría demasiado tiempo y no podría dedicarme a hacer las cosas que entiendo si es que esas cosas existen. Sin embargo, de vez en cuando es importante entender qué pasa dentro de una caja negra porque ayuda a descartarla si creemos que no funciona bien, a arreglarla o a crear una nueva.</span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">En Economía existen multitud de cajas negras. Muchas lo son para el público en general y algunas lo son para los especialistas. Empecemos por una historia sorprendente sobre una caja negra. </span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Un inventor descubre un procedimiento fantástico que transforma diferentes cereales en teléfonos inteligentes tipo IPhone. Los camiones llegan a una pequeña nave y descargan el cereal en una tobera. En otra parte de la nave salen perfectamente ordenados y empaquetados los teléfonos móviles. El inventor recibe homenajes y le entrevistan en Tómbola como representante genuino del nuevo modelo productivo y de la sostenibilidad. Hasta que un día, un avispado periodista con carrera universitaria revisa los alrededores de la nave y descubre una conducción que baja hasta el puerto. Allí, el cereal es cargado en barcos que se dirigen a Asia. Los mismos barcos vuelven cargados con los ansiados teléfonos que son subidos a la nave por un ingenioso mecanismo. Tras la publicación del artículo el inventor es insultado en todos los sitios donde antes era alabado. Había dejado de ser un brillante inventor para convertirse en un “deslocalizador” industrial.</span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">La historia es buena. Un día estaba comiendo una jugosa manzana al principio de la primavera del hemisferio norte y no podía dejar de preguntarme qué tecnología permitía aquel prodigio. El prodigio tecnológico es un barco parecido al del inventor fraudulento que traslada la fruta del otoño austral a la primavera boreal. </span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Esta historia ha llegado a la discusión política americana. Dicen los agricultores de Iowa que los coches se fabrican en básicamente en dos lugares. En Detroit usando una tecnología tradicional (entra acero, sale coche) y en Iowa siguiendo una tecnología innovadora (entran semillas y fertilizante, se manda maíz a Corea y vuelven los Hyundais). Los agricultores que producen los coches en Iowa se preguntan por qué los suyos tienen que pagar un impuesto que los de Detroit no pagan. </span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">La historia de la fábrica de teléfonos pone de manifiesto que el comercio internacional tiene bastante da caja negra para legos y especialistas. Los no iniciados suelen sorprenderse de los efectos similares del cambio técnico y del comercio en la productividad. Al mismo, tiempo la parábola pone de manifiesto las distintas actitudes del público ante uno y otro fenómeno. </span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Bromas aparte, las cajas negras abundan en nuestra vida diaria. Por ejemplo, el tratamiento de la basura. En la ciudad en la que vivo los ciudadanos dedicamos tiempo y esfuerzo a una cuidadosa selección de las basuras. Al mismo tiempo, pagamos lo que nos piden por que esos materiales desaparezcan de nuestra vista. El primer paso de la desaparición ocurre sin grandes problemas. Hasta tres camiones distintos llegan al barrio por la noche y se llevan aquello que no queremos. Sin embargo, una huelga reciente del Centro de Tratamiento Regional puso al descubierto un par de detalles escabrosos. El primero es que el diseño del contrato de este servicio no es muy bueno. La empresa cobra mucho y no parece tener ninguna responsabilidad cuando se deja de proporcionar un servicio básico y la ciudad empieza a tener un aspecto lamentable. El segundo es que un periodista con carrera universitaria fue hasta el supuesto centro de tratamiento para descubrir que se trata de un vertedero de los que se creían extinguidos.</span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Los materiales que los ciudadanos seleccionamos se tiran todos juntos en cualquier lugar sin ningún tipo de tratamiento o preocupación por sus efectos ambientales.</span><span style="font-size: x-large;"><o:p></o:p></span></span><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-large;">Otra caja negra interesante es la enseñanza. Dejamos a nuestros hijos a la puerta del colegio antes de cumplir tres años y esperamos llevarlos a la universidad 15 años después. ¿Qué pasa allí dentro todos esos años? ¿Se hace todo lo que se puede? ¿Se podría hacer de otro modo?</span><o:p></o:p></span><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-26567829275997607942010-01-07T09:17:00.002+01:002011-06-29T11:45:02.559+02:00Caja España, Duero, Salamanca, Soria y de todos los Santos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh47xcikvfwGNTIW3sTUuudkxLhIJsLnMPiUpbeWATOsZgT74kqSbbVOzOen3-iLN4-V9RyzOpiZ43n1ykUtNaq2g9HcgTPCDH7I_LbeBFfF1DpQpPfzFfv5jadnJVb4hvqKm0neRtd6To/s1600-h/cajaespana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh47xcikvfwGNTIW3sTUuudkxLhIJsLnMPiUpbeWATOsZgT74kqSbbVOzOen3-iLN4-V9RyzOpiZ43n1ykUtNaq2g9HcgTPCDH7I_LbeBFfF1DpQpPfzFfv5jadnJVb4hvqKm0neRtd6To/s320/cajaespana.jpg" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHvvtkYlvYF_APM7txz1sgrAmgnkwkydxZMqgFHYmkwxnBIK6mAI5Kz2okbq3g0pHB28YnX6-pIDePuj2LCZhV_YkEUcWtSKePMUKgCyXrX8hBkEpsTDPlQ9CkBNSJ8J5deOPif-R20ck/s1600-h/cajaespana2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHvvtkYlvYF_APM7txz1sgrAmgnkwkydxZMqgFHYmkwxnBIK6mAI5Kz2okbq3g0pHB28YnX6-pIDePuj2LCZhV_YkEUcWtSKePMUKgCyXrX8hBkEpsTDPlQ9CkBNSJ8J5deOPif-R20ck/s320/cajaespana2.jpg" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Tengo varios amigos que trabajan en el sector financiero. Alguno de ellos tiene importantes responsabilidades en cajas aparentemente bien gestionadas. Suponiendo que alguno lea este blog le pediría su opinión en las siguientes reflexiones. No se trata de nada sesudo sino de una muestra de mi estupor y de mi impotencia intelectual para entender lo que está pasando. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Mi primer problema es con la profesionalidad de las personas que han dirigido Caja España hasta el día de hoy. Miro al organigrama del consejo y veo a muy pocas personas que tengan unos mínimos conocimientos de economía, banca o negocios. Todos ellos pueden ser magníficas personas pero, en mi opinión, tienen una más que dudosa cualificación para regir los destinos de una organización que tenía la responsabilidad de gestionar mucho dinero y muchos empleados. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Mi segundo problema es con el tipo de cuestiones en las que usan su tiempo los dirigentes. En teoría nos encontramos en una crisis global. Es posible que sea más importante la segunda palabra (global) que la primera (crisis). En este contexto, tengo dificultades para imaginar a una empresa puntera discutiendo sobre si se llama Apple u Orange, a Bill Gates yendo a Sacramento a reunirse para tomar decisiones, al Departamento de diseño de Apple en California y al de ventas en Alaska. Son todas ellas decisiones que tendrían que ser el resultado de la gestión ágil de un negocio muy competitivo. De otro modo, podrían comprometer la propia competitividad si las decisiones son distintas de las que tomaría una empresa ágil y competitiva. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Mi tercer problema es con la actitud de la población ante el problema. En el mismo periodo temporal que una caja grande se fue al garete (Caja España) una caja pequeña <a href="http://utilydivertida.blogspot.com/2008/10/cuidado-manolo-que-vamos-por-t.html">(Cajastur)</a> adquirió músculo económico suficiente para que el Banco de España le encargase absorber otra caja. Este resultado era más que esperable dada la cualificación de los dirigentes y el tipo de cuestiones a las que dedicaban su tiempo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Cuando comentabas este problema en León todo el mundo echaba media sonrisa. La corrupción y el derroche de recursos comunes son aceptados por la población si los llevan a cabo los afines y denunciada violentamente si la llevan a cabo los contrarios. Como siempre, el mundo se divide en dos fuerzas opuestas. Los miembros de la gran mayoría social que piensa de esta manera serían fantásticos economistas que crearían modelos mucho más simplificados que los que desde la ignorancia critican. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Una vez que ocurre el desastre se echa la culpa a todo tipo de fuerzas oscuras. Un símil puede ayudar. Imagínate que empino el codo más de la cuenta y me caigo por el balcón. Obviamente, hay tres responsables</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">1. Las personas que me critican y me llevan la contraria. La tristeza que me produce me lleva a beber más de la cuenta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">2. Yo por beber más de la cuenta porque podría haber tomado otra decisión.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">3. La fuerza de la gravedad que inexorablemente me empuja hacia abajo. <br />
</span><br />
<span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">La 1 serían todos los culpables que se apuntarán ahora (Valladolid, Banco de España, los masones, ...).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">La 2 sería los responsables de Caja España.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">La 3 serían las fuerzas de mercado que, aunque en formas cambiantes, siempre han estado y siempre estarán. Entenderlas cada día un poco mejor es una actividad que recomiendo fervientemente a mis alumnos presentes y pasados. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-53519697806385846892009-11-21T11:48:00.004+01:002010-08-11T11:08:15.318+02:00Una de piratas<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">No recuerdo si lo he dicho alguna vez pero los problemas económicos son aquellos relacionados con las decisiones sobre el uso de recursos escasos. En este sentido, es natural pensar en los temas relacionados con el consumo y la producción, los intercambio e incluso el dinero para realizar estos intercambios o para valorar los recursos escasos. Sin embargo, los problemas que se pueden plantear en términos de recursos escasos son innumerables. Cuando explico escasez o equilibrio general siempre pongo el ejemplo de la duración de un día. Aunque tienen medios distintos para disfrutar de ellas el día tiene las mismas horas para el hombre más pobre y el más rico de la tierra. Cada vez que usen una hora para una actividad habrán dejado de usar esa hora para otra actividad. Ambos se enfrentan a una escasez que abre la posibilidad de usar un modelo económico para explicar sus decisiones de uso del tiempo. Por ejemplo, la oferta de trabajo. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Algunos autores han usado esta prevalencia de los problemas de recursos escasos para aplicar la teoría económica en lo que a primera vista parecen fenómenos no económicos. </span></span><a href="http://research.chicagogsb.edu/pricetheory/about/becker.aspx"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Gary Becker</span></span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"> de la Universidad de Chicago (Premio Nobel de 1992) es un caso paradigmático. Ha usado la teoría de los precios en un tema tan poco económico como tener un hijo. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">La técnica básica de análisis es un tanto sorprendente. Se trata simplemente de suponerle un precio a cada cosa. Por ejemplo, una persona no tiene un hijo si el precio de ese hijo supera un determinado umbral y lo tendrá si no lo supera. A primera vista, esto parece un tanto pueril e inútil. Sin embargo, no lo es si al cambiar el precio de ese objeto cambian las decisiones de los individuos. En ese caso, podríamos relacionar las decisiones de los individuos con las causan que cambian los precios. En el caso del número de hijos no es difícil obtener evidencia empírica de la validez del modelo Beckeriano. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Buscamos dos tipos de familia. En el primer tipo, el varón ingresa 8000 euros al mes en un trabajo por cuenta propia exigente en tiempo y dedicación. En el segundo tipo, cada miembro de la pareja ingresa 4000 euros al mes en un trabajo por cuenta propia exigente en tiempo y dedicación. En el primer caso, el coste de un hijo es el coste monetario para su mantenimiento. En el segundo caso, es el coste monetario de su mantenimiento más el salario de la madre. A partir de esta clasificación de familias, se trata simplemente de contar el número de hijos que tienen las familias del primer tipo y del segundo. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Este es el tipo de temas y técnicas de análisis empírico que se plantea </span></span><a href="http://pricetheory.uchicago.edu/levitt/home.html"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Steven Levitt</span></span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"> en sus superventas </span></span><a href="http://www.freakonomics.es/"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Freakonomics</span></span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"> y </span></span><a href="http://www.superfreakonomicsbook.com/"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Superfreakonomics</span></span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">. No es casualidad que Levitt trabaje en el </span></span><a href="http://research.chicagogsb.edu/pricetheory/index.aspx"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Centro Becker</span></span></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"> de investigación Económica de la Universidad de Chicago. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Las aventuras del gobierno español y de los armadores con unos piratas en las costas de Somalia me llevaron a pensar la situación en términos de precios y éstas son las preguntas que se me ocurrieron y algunas respuestas tentativas.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">¿Por qué es mala la piratería?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Hacemos una actividad hasta que su coste la convierta en poco interesante o beneficiosa. Si el coste de la piratería se añade a otros costes la actividad dejará de ser atractiva antes. Habrá una pérdida de producción que se notará en algún lugar.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Una cosa curiosa que escandalizará a muchos lectores es que los impuestos tienen exactamente el mismo papel en la economía. Suben el coste de realizar una actividad y, por tanto, reducen esa actividad. Lo que me lleva a una nueva pregunta: ¿Por qué son buenos los impuestos y mala la piratería si tienen el mismo efecto económico?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La única diferencia que se me ocurre es el uso que se haga del dinero recaudado. Si los impuestos van destinados a crear un bien, ese bien puede ser más valorado que la pérdida de actividad económica del impuesto. Por otra parte, si los impuestos van destinados a pagar algo inútil sería un acto de piratería. Por tanto, el escrutinio continuo de cada unidad recaudada sería la manera de diferenciar una cosa de la otra. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">¿Supone algún problema económico pagar un rescate a los piratas?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Aumenta el rendimiento de su actividad y, por tanto, aumentará la probabilidad de un secuestro futuro. En otras palabras, incrementas el precio para un pirata de un acto de piratería. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">¿Tendría efectos económicos una acción militar contundente contra los bienes y las vidas de los piratas? </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Aumentaría el coste de llevar a cabo la actividad y reduciría la probabilidad de un ataque futuro. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Lamentablemente, aumentaría también la probabilidad de un ataque a los barcos con una bandera que no haya participado en la acción militar. Esta circunstancia se parece a poner un guardia de seguridad en la puerta de mi casa. Mi casa estará más segura pero la del vecino tendrá una mayor probabilidad de ser robada ya que he reducido el número de casas para robar. Un guardia contratado por los dos tendría el mismo coste y el doble de efectividad. Por tanto, la acción militar debería ser conjunta por todos los países afectados. De hecho, unas aguas internacionales libres podría ser un activo para todos los países que las usan. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">¿Habría algún otro instrumento económico que pudiese reducir la probabilidad de un secuestro?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Este instrumento se encuentra si se piensa en el lugar en que ocurren los ataques. ¿Por qué no ocurren en las costas de Montecarlo? ¿Por qué no sale Ernesto de Hannover con su yate a robar a sus vecinos? </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Ernesto tiene otras alternativas económicas y a su cuñado no le haría ninguna gracia. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Las alternativas no parecen muchas en el pueblo en el que viven los piratas. Por otra parte, no hay un estado allí que tome en cuenta los efectos generales para la población de esta actividad o los efectos a medio plazo para todo el mundo. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La alternativa económica es promocionar otras actividades económicas y un estado viable en ese territorio. Existe una relación entre un acto de piratería hoy y la incompetencia de la comunidad internacional para lidiar durante veinte años con un estado fallido y la pobreza asociada.</span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-22862926409549145922009-11-06T12:29:00.001+01:002009-11-06T12:46:50.718+01:00El New York Times supera a El Diario de León.<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Leyendo un poco sobre los efectos de la política agraria en la calidad de la alimentación me encontré con este artículo de Michael Pollan en el New York Times.</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><a href="http://www.nytimes.com/2003/10/12/magazine/the-way-we-live-now-10-12-03-the-agri-cultural-contradictions-of-obesity.html" target="_blank">http://www.nytimes.com/2003/<wbr></wbr>10/12/magazine/the-way-we-<wbr></wbr>live-now-10-12-03-the-agri-<wbr></wbr>cultural-contradictions-of-<wbr></wbr>obesity.html</a><br />
<br />
</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Primer ejemplo. Pollan no tiene ningún problema con que los agricultores tengan coste marginal decreciente. <br />
<br />
<br />
<i>"The rules of classical economics just don't seem to operate very well on the farm. When prices fall, for example, it would make sense for farmers to cut back on production, shrinking the supply of food to drive up its price. But in reality, farmers do precisely the opposite, planting and harvesting more food to keep their total income from falling, a practice that of course depresses prices even further."</i><br />
<br />
Segundo ejemplo: la reducción del riesgo mediante un sistema de precios controlados reduce la producción. <br />
<br />
<i>"The shift from an agricultural-support system designed to discourage overproduction to one that encourages it dates to the early 1970's -- to the last time food prices in America climbed high enough to generate significant political heat."</i></span> <br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Si yo puedo pillarle en dos renuncios como estos en temas con los que estoy medianamente familiarizado. ¿Cuántas tonterías que me pasen desapercibidas contendrán sus libros divulgativos sobre nutrición?</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Otras preguntas que se me ocurren: <br />
</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">¿Lee alguien estos artículos?</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> ¿Por qué nadie protesta?</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
</span><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Las preguntas son relevantes. Si una persona sin ningún tipo de preparación puede decir estas barbaridades en el NYT y convertirse en un gurú de la agricultura. ¿Para qué se necesita tener varios centenares de departamentos universitarios dedicados a la agricultura?<br />
</span><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-74670947441476697422009-11-06T11:41:00.001+01:002011-01-13T13:18:24.431+01:00Tan cerca y tan lejos (los viajes cercanos y lejanos de este economista su seguro servidor). Capítulo III.<div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La historia de la conferencia y el libro de Michael Pollan acaba mucho más cerca de casa.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El día 26 de Septiembre me perdí a inauguración de la temporada de Senderismo del grupo de montaña de la Universidad de León. Lamentablemente, no pude hacer <a href="http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/28/castillayleon/1219953693.html">la ruta de Zapatero y Calleja</a> a Collado Jermoso. El estreno de la temporada para mí fue el día 17 de Octubre con la coronación de la Polinosa (cara sur) desde Redipollos. A todo aquel que no haya coronado una montaña aunque sea pequeñita se lo recomiendo encarecidamente. La ruta concluyó en Maraña caminando entre pastos de montaña y vacas pastando en libertad. En la ronda de cervezas posterior a la caminata un universitario extranjero hizo la siguiente pregunta:</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">¿No hay pocas vacas para tanto terreno?</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Una persona le replicó que ya no quedaba gente dispuestas a vivir en tan bello pueblo ni a dedicarse a esa actividad profesional. Otra persona hizo referencia a los efectos de la política agraria comunitaria.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La verdad es que no me apetece aburriros con el análisis de los posibles efectos de la política agraria comunitaria en la ganadería de alta montaña. Sin embargo, sí creo que debo mencionar el papel que le atribuye Michael Pollan a la política agraria americana en el desarrollo de ciertos cultivos y en el detrimento de otros. Algunos cultivos que incentiva la política agraria (monocultivo de cereales) parecen relacionados con el tipo de alimentación poco sana que él critica. En pocas palabras, la política económica agraria no juega un papel neutral en el tipo de alimentación que parece haber elegido la población y, por tanto, en la salud.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">En el momento que escuché la pregunta sobre la escasez de ganado y las respuestas explicativas mi mente voló al Kohls center. Me di cuenta de que si Michael Pollan tiene razón y la comida industrializada juega un papel como menos dudoso en nuestro bienestar algunas soluciones pasarán por las vacas que había visto en la bajada de La Polinosa. Es decir, por una carne producida de la forma más natural posible y con los mínimos adititivos químicos.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Naturalmente, las vacas no se pondrán a pastar solas allí y no irán caminando voluntariamente hasta el supermercado. Tendrá que haber personas en aquel pueblo o en los alrededores dispuestos a hacer ese trabajo.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La disposición de esas personas a hacer ese trabajo dependerá de que los consumidores estén dispuestos a pagar un poco más por ese producto ya que es más intensivo en mano de obra y se hace a una escala reducida. El papel del sector de distribución también será importante. La última pata de la mesa será la administración, el gobierno.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">El papel del gobierno no puede consistir en limitarse a dar subvenciones. Una cuestión sobre la que pensé allí, en Maraña, al tibio sol del otoño fue el papel de la aglomeración urbana en este problema.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Una parte de los consumidores podemos decidir comprar algunos productos fuera de la cadena de distribución habitual. Estos productos estarán producidos habitualmente en zonas rurales relativamente cercanas a las aglomeraciones urbanas donde vivimos la mayor parte de la población.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">Pero para ello es necesario que las personas quieran vivir en los pueblos que han sido abandonados en las últimas décadas. Las razones del abandono son múltiples pero no es difícil pensar en dos:</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">- Falta de oportunidades económicas. En cierto modo el tipo de alimentación que Pollan propone ayudaría a solventar este problema.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">- Falta de servicios básicos que sólo tienen sentido en la aglomeración.</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">La segunda razón es bastante sutil y sofisticada. El partidario vulgar de la intervención gubernamental te dirá que esos servicios deben ser proporcionados por la administración competente a cualquier coste. Esta persona seguro que tiene en mente la educación básica, la sanidad etc. Sin embargo, hay servicios que se producen con naturalidad cuando existe una aglomeración y contribuyen a esa misma aglomeración. Algunos son servicios comerciales privados (un bar o una tienda) pero otros son simples interacciones humanas que aumentan de forma muy rápida con el número de habitantes. Estas interacciones funcionan por encima de un umbral de población y dejan de funcionar por debajo de este umbral. En este modelo, tendría sentido cualquier intervención política que empujase el nivel de población por encima de ese umbral bajo la creencia de que la población se mantendría por encima del umbral una que vez que se traspasase. </span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-47335904895099193062009-11-02T20:24:00.007+01:002011-01-13T13:16:36.674+01:00Tan cerca y tan lejos (los viajes cercanos y lejanos de este economista su seguro servidor). Capítulo II.<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Intentaré hacer un resumen esquemático del libro de Michael Pollan.<br />
</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La nutrición es el estudio del efecto de diferentes productos químicos (nutrientes) en el mantenimiento de la vida, salud y bienestar. <br />
<br />
<br />
La comida es un conjunto de productos animales y vegetales que contienen los nutrientes anteriormente mencionados más otros componentes.<br />
<br />
En el principio de los tiempos estos alimentos tenían una elaboración mínima (recolección y caza ) que se va haciendo más sofisticada a lo largo del tiempo. Es decir, seguro que se empezaron a comer crudos, se cortaron de un determinado modo, se empezaron a cocinar, se almacenaron, etc.<br />
<br />
Los productos básicos como las manzanas y la leche son realmente sofisticados. A veces, son el resultado de una evolución genética conjunta del hombre y del producto en cuestión. Sirva de ejemplo la leche. Este producto no es tolerado por todas las personas y parece que eso era más evidente en tiempos prehistóricos. Sin embargo, las comunidades y los individuos que la podían digerir tenían una gran ventaja sobre los que no. De este modo, se fue seleccionando los individuos y las comunidaes que pueden tolerar este producto alimenticio y, al mismo tiempo, los animales que lo producen.<br />
<br />
La reglas para alimentarse correctamente no son infalibles pero son parte de una cultura oral transmitida históricamente de madres a hijas (siento no ser políticamente correcto pero esto es lo que dijo el autor en Estados Unidos ante 8000 personas y nadie protestó). <br />
<br />
<br />
Este proceso lento de adaptación entre las personas y los alimentos empezó a cambiar de forma brusca con los avances de la agricultura pero sobre todo con el desarrollo de la industria agroalimentaria. Producir a gran escala y especializarse en un producto aumenta la productividad y reduce el coste. Sin embargo, este tipo de producción implica almacenamiento y transporte.<br />
<br />
<br />
Las cualidades que hacen que un producto sea fácilmente almacenable y transportable no coinciden completamente con las cualidades que hacen que el producto sea nutritivo. Por ejemplo, la harina refinada se conserva y transporta mucho mejor que la harina integral. Sin embargo, la primera carece de importantes elementos que se ha demostrado que juegan un papel relevante en la alimentación. Otro ejemplo son las conservas vegetales que permiten desde hace siglos tener estos productos fuera de temporada y lejos de su lugar de producción. Sin embargo, se descubrió más tarde que las vitaminas desaparecían en el proceso. <br />
<br />
<br />
La industria inventó un proceso técnico en que las vitaminas se reponían. Sin embargo, estos procesos de reposición suelen ser bastante imperfectos. Además, sólo se repone aquello que se sabe con certeza que se ha perdido en el proceso de producción. El efecto de nutrientes y sus interacciones son bastante complejos y este proceso y no se puede estar seguro de que se ha perdido, que se debe reponer y si la reposición restablece de algún modo las propiedades originales del producto. <br />
<br />
<br />
En resumen, el proceso de industrialización de la agricultura y la alimentación consigue producir grandes cantidades de algunos nutrientes a bajo coste (hidratos de carbono, proteínas y grasas) pero tiene más dificultades con otras características más sutiles de los alimentos (minerales, vitaminas, etc).<br />
<br />
<br />
La teoría económica básica predice que se consumirán cantidades grandes del producto barato (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y que se podrían consumir cantidades demasiado bajas de los productos que no entran con facilidad en este proceso industrial. Este fenómeno produce una serie de desequilibrios en la dieta moderna que parecen relacionados con las denominadas enfermedades del mundo moderno o el mundo rico (problemas coronarios, diabetes tipo II, obesidad y hasta algunos tipos de cáncer). La introducción de la teoría económica en este punto responde mi propia interpretación de un fenómeno que el autor se limita a describir.<br />
<br />
Llegados a este punto el autor hace una propuesta bastante drástica: dar un paso atrás.<br />
<br />
Él mismo explica que su propuesta no implica volver a vivir a las cavernas ni a una granja pero si tomar una serie de medidas que nos permitan alejarnos cuanto más posible de los alimentos procesados. Algunos ejemplos:<br />
<br />
1. Comprar comida fresca y cocinar.<br />
<br />
2. Comprar comida producida localmente. Esto es especialmente importante en la carne donde algunas técnicas de producción pueden dar lugar a productos con características poco deseables. <br />
<br />
<br />
El autor reconoce que se trata de un movimiento minoritario, de un proceso lento y caro. En las últimas décadas el peso del gasto en alimentación en el gasto total ha ido decreciendo paulatinamente. Sin embargo, parece que ha sido a costa de alguna bajada en la calidad. La idea sería gastar un poco más en productos de más calidad desde el punto de vista de la salud y el bienestar. <br />
<br />
<br />
La razón por la que he hecho el esfuerzo de hacer un resumen muy personal de este libro es doble.<br />
<br />
1. Creo que el tema es importante porque es uno de los retos actuales de nuestra civilización. <br />
<br />
2. Porque el economista que vive en mí no ve un conjunto de retos sino de oportunidades. Las oportunidades están ahí para los agricultores que produzcan alimentos poco procesados, para agricultores que vivan cerca de las aglomeraciones urbanas, para los distribuidores que sean capaces de diseñar procesos que sean hagan llegar alimentos sanos a los consumidores.<br />
<br />
En el próximo capítulo analizaré cómo afecta el proceso descrito en este libro a la provincia de León y asu agricultura.</span></div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-14971412014504104172009-11-02T19:26:00.003+01:002011-01-13T13:17:40.881+01:00Tan cerca y tan lejos (los viajes cercanos y lejanos de este economista su seguro servidor). Capítulo I.<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">E</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">l día 16 de septiembre viajé a Madison en el gran estado de Wisconsin para celebrar <a href="http://www.aae.wisc.edu/centennial/">el centenario</a> del Departamento de Economía Agraria y Aplicada de la Universidad de Wisconsin-Madison. Era un viaje muy deseado por muchas razones. Entre ellas, visitar a los amigos que viven en la ciudad o volver a compartir algún tiempo con un grupo de compañeros de Doctorado con los que sufrí y disfruté a partes iguales hace ya unos lustros. Finalmente, estaba la idea de disfrutar de una ciudad fantástica unas semanas antes de que el mal tiempo impida hacerlo con plenitud.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">El viaje fue largo pero placentero y el tema de inmigración no me llevó más de dos minutos. Este es el tiempo que lleva en Chicago (Nueva York es peor) si no tienes la mala suerte de estar en la cola detrás de un traficante de cecina o de una persona empeñada en presumir de los logros educativos españoles (asignatura inglés) ante el permanentemente cabreado agente de inmigración.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">A las tres de la tarde estaba fuera de la terminal internacional del Aeropuerto de O’Hare en Chicago esperando por el autobús que va a Madison. El tiempo era bueno y la gente es muy amable. Estuve hablando con algunas personas que esperaban distintos autobuses y enseguida me di cuenta de que algo había cambiado. Pasó bastante tiempo hasta que me di cuenta de que la sensación extraña se debía al relativo silencio y a una fluidez de tráfico que no recordaba. La sensación de que algo no iba bien se fue acrecentando en la autopista a Madison. Los aparcamientos de los centros comerciales estaban casi vacios y los parques empresariales de oficinas estaban llenos de carteles de “se alquila”. Cuando vi a lo lejos la planta de Chrysler caí en la cuenta definitivamente. Las chimeneas no echaban humo y sólo había unos pocos coches en el aparcamiento. La planta había cerrado y probablemente no volverá a abrir.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En la gasolinera del Sur de Beloit donde el autobús tiene una parada establecida, una mujer echaba gasolina a un Smart. ¡Un Smart en el país de los Cadillacs y los Hummer! Miré a mi alrededor y estuve calculando mentalmente el tamaño medio de los coches nuevos y decidí que podía ser ya menor que en España. De hecho, el coche nuevo más frecuente en la carretera parecía ser el Toyota Prius.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Podría pasarme un par de páginas más comentando mis impresiones personales sobre una recesión con unas características que yo nunca había visto. Todo esto a pesar de haber llegado por primera vez a Estados Unidos el 20 de Agosto de 1991 en medio de la recesión que siguió a la primera guerra del golfo y que se llevó por delante a George Bush Padre. Esta recesión dejó sin empleo o redujo las expectativas laborales de un grupo de brillantes profesionales que decidieron volver estudiar formando el núcleo duro de mi promoción de Doctorado. Con ellos me encontré el 21 de agosto del mismo año en uno de los golpes de suerte más sonados de mi vida. Encontrarme con alguno de ellos de nuevo era una de los objetivos del viaje. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En vez de regodearme en las dificultades del país voy a hablar de las cosas buenas que no han desaparecido y que quizás esta fuerte recesión termine impulsando.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Desde la parada del autobús llamé por teléfono a uno de mis mentores académicos para pedir cita para consultar unas dudas académicas y para tratar de fijar fechas en una intensa agenda lúdica. Al día siguiente, al cruzar la puerta de su despacho me puso en la mano una copia de “In defense of food” de <a href="http://www.michaelpollan.com/">Michael Pollan</a>. El libro ha sido traducido al castellano con el extraño título de “E<a href="http://www.casadellibro.com/libro-el-detective-en-el-supermercado-pack-iman/2900001303885">l detective en el supermercado</a>”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">En la agenda lúdica hicimos varias marcas, una de las cuales fue para asistir juntos a la conferencia de Michael Pollan el día 24 en el Kohls Center tras haber leído el libro (somos unos frikis). Para que la historia se entienda hay que decir que se trata del estadio de Hockey. El día fijado Tom y yo llegamos al recinto deportivo una hora antes de la conferencia y 8.000 personas estaban allí con nosotros tras haber leído el libro y dispuestos a escuchar la conferencia. La historia es bastante impresionante ya que en León sería difícil juntar dos docenas de personas que acudieran a escuchar una conferencia de un divulgador científico y dudo de que alguien se hubiese leído el libro con antelación. En resumen, una ciudad poco más grande que León tiene un p<a href="http://www.gobigread.wisc.edu/">rograma de lectura colectiva de libros</a> en que participan 8.000 personas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixPqeYdxhJWl5Z9raV3HQjIld1v8ZdgGPjkdZHkdZfyDZdf9WDeFrV4x6tI2rakZx5G5OlZ2IHlkI-GeAGP3rF4gydcKPOuguGanOpb2ZfxHplSH42tu4QLNUIWKBHomCGSuZlTLZTJJ0/s1600-h/Memorial-Union-Terrace-20080421121346.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixPqeYdxhJWl5Z9raV3HQjIld1v8ZdgGPjkdZHkdZfyDZdf9WDeFrV4x6tI2rakZx5G5OlZ2IHlkI-GeAGP3rF4gydcKPOuguGanOpb2ZfxHplSH42tu4QLNUIWKBHomCGSuZlTLZTJJ0/s320/Memorial-Union-Terrace-20080421121346.JPG" /></span></a><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"> </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
</span><br />
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<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">La historia no termina sino que empieza aquí. En la semana que transcurrió entre mi primera entrevista con Tom y la conferencia, cada mañana caminaba casi una hora hasta el club universitario (<a href="http://www.union.wisc.edu/">Memorial Union</a>), me compraba un café y me iba a leer a la fantástica terraza junto al lago. Leí ese libro pero también "<a href="http://www.mostlyharmlesseconometrics.com/">Mostly Harmless Econometrics"</a> y los artículos con que distintas personas despachaban mis preguntas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;"><br />
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<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">Si alguien sigue conmigo a estas alturas debería estar preguntándose de qué va el libro. Trataré de contestar a esta pregunta en mi siguiente entrada.</span><br />
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">De momento, dejo el <a href="http://mediasite.ics.uwex.edu/mediasite5/Viewer/?peid=7f39385ab5b94c98b40c3f6af729ecd9">video de la conferencia</a>. </span><br />
</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2396894959454952059.post-31039742549575574322009-10-05T12:34:00.001+02:002009-10-05T13:11:32.701+02:00A favor de los sueldos altos<div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Estos días se ha criticado bastante la prejubilación y la pensión del cesante Consejero Delegado del BBVA. El sueldo de los próximos años será de unos tres millones de euros.</span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Lo primero que me extraña es que surja esta polémica por un sueldo de tres millones de euros cuando en el verano apenas se comentó el sueldo de Cristiano Ronaldo (13 millones) y más recientemente el de Fernando Alonso en Ferrari (25 millones) pasó totalmente desapercibido. </span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
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</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Yo no veo diferencias entre estos sueldos. En los tres casos, una organización ha considerado que sus ingresos aumentarían al contratar a estas personas en una cantidad mayor al sueldo de éstas. </span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
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</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">La crítica se plantea en ocasiones en un tono pretendidamente social: “Este sueldo es exactamente tropocientas veces lo que cobra el personal de limpieza sustituto”.<span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; font-size: large;"> Este argumento dirige la mirada de la gente h</span>acía el lado equivocado. El mercado remunera ciertas cualificaciones de manera extraordinaria y remunera otras con sueldos que permiten pocas alegrías. La escasez de estas cualificaciones es la clave de su precio. Algunas son innatas pero otras son adquiridas. Incluso si son innatas deben ser ejecutadas y desarrolladas. Por tanto, es importante que circule el siguiente mensaje: “Si tienes la cualidad innata y estás dispuesto a desarrollarla aquí hay tres millones de euros esperándote”.</span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> </span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Hay otro mensaje más peligroso escondido tras las medidas sociales asociadas a la crisis económica: “Si no haces nada, si ni siquiera sabes cuáles son tus cualidades, si no piensas desarrollarlas siempre estaremos ahí para darte un subsidio de supervivencia por el que debes estarnos eternamente agradecido”. </span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">La política social todavía tiene otra sutileza de la que rara vez se habla. Una política social efectiva depende de poder cobrar impuestos a los que más ganan para poder ayudar a los que tienen dificultades. Es decir, depende de que haya gente capaz de producir y de ser remunerada por ello. Por tanto, la política social no puede funcionar sin que los ciudadanos estén atentos a las señales de escasez de cualificaciones para obtener una alta remuneración, poder mantenerse a ellos mismos y ayudar a cubrir las necesidades de otros. </span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">El nuevo Consejero Delegado del BBVA es un alumno de la Universidad de Oviedo que estaba acabando la carrera cuando yo la comenzaba. No llegúe a conocerle pero está claro que no se encuentra muy lejos de mi círculo de conocidos. Estoy convencido de que muchos de mis alumnos tienen cualidades parecidas, que podrían atesorar cualificaciones similares y que podrían ganar mucho dinero. Sin embargo, hay algún tipo de tabú sobre mi forma de pensar. <br />
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</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br />
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</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Finalmente, no hay nada intrínsecamente malo en ganar tres millones de euros. Por ejemplo podrías dar dos millones de euros para caridad y tratar de sobrevivir con el millón que te queda. Parece que a algunos medios de comunicación y políticos les molesta profundamente que una persona pueda tomar esa decisión sin consultar con ellos. </span><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Times,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Por tanto, yo estoy a favor de los sueltos altos. El que esté a favor de los sueldos bajos debería explicar su posición a quienes los sufren. <br />
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</div>Carlos Ariashttp://www.blogger.com/profile/04532377186587081969noreply@blogger.com9